Una madre aprende a leer junto con su hija

A los chicos que habitualmente asisten al Centro de Apoyo Escolar del Partido de la Participación Ciudadana, en Garupá, también se sumó una mamá interesada en aprender a leer y escribir para superar la realidad que vivió hasta que encontró este lugar para cumplir su sueño.

Margarita Pauchenski, tiene 45 años. Es mamá de 5 hijos. Vive en Piedras Blancas, Garupá. Hace 4 años que lunes, miércoles y viernes trae a su hija Carolina (9 años) al Centro de Apoyo Escolar del Partido de la Participación Ciudadana (PPC-Misiones) porque “gracias a esto mi hija avanza en la escuela. Y ahora yo también quiero aprender”, dice mientras muestra con orgullo el cuaderno con las primeras tareas.

Este año tras la ampliación del programa, “la escuelita” como la llaman en Garupá amplió su horario pues atiende de mañana y tarde, donde concurren unos 150 niños y adolescentes y un adulto. Lunes, miércoles y viernes de mañana y tarde cuatro maestras, varias asistentes despliegan su labor en Santa Clara II por la educación y la inclusión.

Esta apuesta del PPC – integrante del Frente Renovador- que preside José Garzón Maceda, lleva varios años de trabajo ininterrumpido porque “la educación es la base de la inclusión y la movilidad social”, repite una y otra vez Garzón Maceda mientras sigue abriendo escuelitas en otros barrios donde es evidente la necesidad de apoyo escolar.

Aquí en Santa Clara II, concurren niños de distintos barrios de Garupá:   Santa Clara I, II, piedras blancas, los potrillos, barrio unido, entre otros asentamientos. A lo largo de este tiempo ya se logró la reinserción de más 30 niños al sistema educativo. Además de las clases también se realizan talleres de lectura a los que también asiste regularmente Margarita.

“Quiero aprender a leer porque no pude hacerlo de chica. Mi papá era tarefero, íbamos de un lugar a otro. Nací en San Vicente, pero como la chacra no rendía vendió y de ahí en más nunca paramos”, cuenta en un impasse en la clase.

La prolijidad sobresale en su cuaderno. En cada clase busca ansiosamente las letras del abecedario para aprender a diferenciar “la d de la b”. Su activa presencia en la clase, contagió a su hija: “ahora participa más y se esmera porque quiere tener buenas calificaciones como las del cuaderno de su mamá”, relata la maestra Graciela Schar.

Docentes y las asistentes dicen que “Margarita buscaba alguna excusa para quedarse en clase, hasta que advertimos que no sabía leer.  Entonces le propusimos que se integre y que cumpla su sueño. Y aquí está, es una alumna aplicada, que cumple con la tarea y pone mucho empeño en superarse”.

Años atrás realizó algún intento en cumplir con este objetivo, pero el programa de alfabetización para adultos dejó de funcionar. Ahora encontró en la “escuelita” del PPC la posibilidad de apropiarse de las oportunidades que ofrece la vida en sociedad. Sus hijos de 23, 22, 21 y 19 años, la apoyan al igual que su compañero Batista Da Silva quien comprende que Margarita los lunes, miércoles y viernes de 8 a 11 tiene clases y los martes y jueves el taller de lectura.

Lo que sucede con Margarita es la evidencia de lo que manifestó a principios de este año el vicegobernador Hugo Passalacqua: “los vecinos se apropiaron de la iniciativa, porque no es una escuelita es un escuelón. Todo un ejemplo de solidaridad y compromiso con el futuro de Misiones”.

 

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