Delincuentes balearon y torturan a un comerciante frente a su familia en Guaraní

Cinco hombres ingresaron el miércoles a la casa de Víctor Rintflaisch cuando estaba cenando con su esposa, su hija y su nieta de cuatro años. Exigían la entrega de 60 mil pesos al comerciante que les insistió en que no tenía y que se equivocaron de persona. Estuvieron en la vivienda unas dos horas, lo golpearon, le sacaron todos los dientes y le propinaron dos disparos en el abdomen y uno en el rostro. En tanto, otros custodiaban al resto de la familia, amenazándolos de muerte e intentaron violar a la hija, finalmente huyeron con 1300 pesos. 

 

 

Cintia Rintflaisch, hija de Víctor, comerciante baleado en Guaraní, contó en diálogo con Radio red Ciudadana/ LT 4 la odisea que le tocó vivir junto a su familia cuando ingresaron cinco delincuentes a la vivienda de su padre le miércoles por la noche.

 

“Estábamos cenando y entraron dos o tres vagos, nos taparon la cara y nos decían que la orden del jefe era matarnos a todos”, comenzó su relato Cintia de 25 años.

Desde un principio los malvivientes exigían 60 mil pesos “pero mi papá le decía que no tenía. Le patearon tanto y como le insistían con la plata y mi papá le decía que no tenía, le pegaron un tiro en la nariz, lo veía re lastimado, pero si yo levantaba mucho la cabeza me apuntaban con el arma. Era coágulo de sangre por todos lados, dientes por todos lados, era horrible. Para mi lo estaban matando, pensé que estaba muerto”, narró.

 

 

El padre era golpeado en la galería de la vivienda, mientras Cintia, su hija de cuatro años y su madre eran retenidas en la cocina por los otros cuatro delincuentes. “El que nos cuidaba a nosotras abrió la heladera, la alacena, estaban tranquilos y yo estaba tranquila, trataba de ponerme en su lugar, de porqué hacia eso, para que no nos haga nada”, dijo la joven.

 

“Cuando estaba tirada en el piso me comenzó a manosear y me quería violar, también me decía que en Brasil los órganos valen mucho, yo le decía que tomen lo que querían y se vayan y me dijeron que a mi, a mi mamá ni a mi hija no nos harían nada, que el tema era con mi papá”, contó.

 

Mientras, su padre seguía siendo torturado por uno de ellos. “Después escuché disparos, le dieron uno en la cara y dos en el abdomen, pensé que lo mataron. Después nos llevaron al baño, una media hora estuvimos encerrados, después le trajeron a mi papa todo lastimado, le sacaron todos los dientes. A los dos nos ataron en el baño cerraron la puerta nos dejaron ahí, yo rompí el vidrio y salí por ahí”, contó.

 

Relató que después de romper le vidrio abrió la puerta del baño y llevó a su padre al hospital, quien inmediatamente ingresó a cirugía.

 

Sobre los hombres dijo que tenían un acento brasileño y le dijeron “nosotros teníamos que estar en Brasil pero por la culpa de tu papá tenemos que estar acá”.

Contó que fumaban mucho y tenían olor a alcohol.

“Mi hija quedó traumada, y yo no puedo ver una persona con una gorra porque me asusta”, manifestó la joven madre sobre la situación que le tocó vivir.

Sobre la salud de su papá dijo que está estable, con dolor de la cirugía. Estima que en dos semanas, con reposo se repondrá.

Sobre lo que pasó Cintia dijo: “No se si se equivocaron, para mi que era una estrategia para robar, porque sabían que por ser una empresa había plata, pero se llevaron la pensión de mi mamá, 1300 pesos”.

 

Red Ciudadana/LT 4

 

 

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