El escultor Luis Torralva donó obra que pasará a ser parte del museo Yaparí

El ministro de Cultura, Educación, Ciencia y Tecnología, Luis Jacobo recibió una de las obras del reconocido escultor Luis Torralva (1902-1985), que su familia donó para que sea parte del museo provincial de Bellas Artes “Juan Yaparí”, a través del programa de Cultura del del Consejo Federal de Inversiones (CFI). El acto se realizó en las salas federales del CFI.

 

 

Una de las características que fundó la identidad de Torralva como escultor fue el hecho de no lucrar con sus obras. Posición que mantuvo hasta que, en 1985, falleció en su taller en donde pasaba largas horas de creación. Así, sus familiares tomaron su arte para continuar con ese mandato y decidieron comenzar con una cruzada para donar esas piezas a diferentes museos de renombre en diferentes puntos del país.

 

En lo artístico, el autor tomó el ideal neoplatónico de verdad y belleza agregado al espíritu del romanticismo para lograr expresar sus sentimientos. Su estilo está particularmente marcado por la presencia de Emile-Antoine Bourdelle, quien fue su maestro en la ciudad de París, en donde pasó largas jornadas de creación tras haber obtenido el título de arquitecto en la Universidad de Chile anteriormente.

 

En la actualidad, algunas obras se pueden ver en la Embajada de Chile en Buenos Aires, en el Museo Nacional de Arte Decorativo, en los jardines de la Fundación Raggio y ahora también, una vez terminados todos los trámites de transporte de la misma; en la capital de Misiones, expuesta en alguna de las salas del “mítico” Yaparí. 

 

Luis Jacobo fue el representante misionero en recibir la escultura y poder charlar con la familia. Allí le expresaron el deseo de poblar los museos con parte de la creación de Torralva, una forma de recordarlo a través del arte que tanto amó.


Más sobre el escultor

Luis Torralva nació en Santiago de Chile el 13 de marzo de 1902. Se recibió de arquitecto en la Universidad de Chile, donde tuvo su primer contacto con el arte y la escultura. En París, fue discípulo de Emile-Antoine Bourdelle desde 1926 a 1929. Fue entonces que comenzó a dar rienda suelta a su sensibilidad creadora: casi todas sus esculturas de tamaño natural datan de esa época de su vida.

 

Si bien conservó y respetó el estilo clásico, cada una de sus obras tiene su sello propio. A través del arte volcó sus sentimientos más profundos. Lo inspiraron una enorme diversidad de temas: en la figura de la mujer – que siempre admiró -plasmó situaciones de vida de mucho dolor, como Chagrin, La Culpa, Nostalgia, Evasión y otras. También incursionó en temas religiosos, como la Inquisición, con Torquemada, y el Budismo, con Siddartha. Otros aspectos de la vida humana lo interpelaron: la avaricia, la mendicidad y el desarraigo.

 

Nunca lucró con su arte ni aceptó alumnos. Hizo algunas exposiciones, una en París y cuatro en Buenos Aires, aunque no era su objetivo prioritario dar a conocer su obra. En 1936, regresó a la Argentina, trajo sus obras con él y abrió un taller de escultura en el barrio porteño de Belgrano, donde continuó dedicándose a la escultura con pasión ininterrumpida, hasta su muerte el 20 de mayo de 1985.

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