Malvinas, 30 años y una herida abierta

A 30 años del intento de recuperación de las islas Malvinas de la usurpación colonialista británica, que ocupa el lugar desde 1833, Argentina reclama más que nunca, pero por las vías diplomáticas, la soberanía sobre las tierras del Atlántico Sur. Aquí, un relato exclusivo de una histórica visita. Malvinas, soberanía y memoria. El informe Rattenbach y los errores militares

A 30 años del intento de recuperación de las islas Malvinas de la usurpación colonialista británica, que ocupa el lugar desde 1833, Argentina reclama más que nunca, pero por las vías diplomáticas, la soberanía sobre las tierras del Atlántico Sur.

En 1982 la diplomacia fue dejada de lado por una dictadura en decadencia, que pretendió, sin suerte, perpetuarse en el poder a través de la ocupación de las islas y el fervor patriótico que eso despertó. En la guerra murieron 649 argentinos: 323 durante el hundimiento del crucero General Belgrano y 326 en el archipiélago. Y el resultado no fue el esperado por Galtieri y el alto mando. Fue derrota y humillación para el país y para los miles de soldados que regresaron sin reconocimiento.

Era una guerra que solo en una mente fuera de sus cabales podría llegar a ganarse. Para intentarlo se enviaron a conscriptos y soldados mal pertrechados a enfrentar a un ejército profesional y habituado al combate. Fue desparejo, como lo fue el resultado.

En la Argentina, la derrota en el conflicto precipitó la caída de la junta militar que gobernaba el país y que había sucedido a otras juntas militares instauradas tras el golpe de Estado de 1976, y la restauración de la democracia como forma de gobierno.

30 años después de aquel conflicto, Misiones On Line presenta un documento exclusivo, con fotos y relatos tomados en una cobertura de una semana realizada por el periodista Alejandro Spivak, quien acompañó al intendente de Eldorado y ex combatiente Norberto Aguirre a una maratón por la paz que se corrió en las islas con varios ex combatientes de ambos países como participantes

Las emociones afloran en la piel cuando se pisa suelo malvinense y las lágrimas fluyen cuando se escuchan los relatos. Las imágenes hablan por si solas. Los restos de elementos de combate y pertrechos, revelan la escasa preparación argentina para el conflicto.

No queda más que el homenaje a quienes perdieron su vida allá y a los ex combatientes, que tienen a Malvinas como una causa de honor personal. Y exigir, por supuesto, que no se abandonen las líneas diplomáticas para recuperar territorio argentino. 

 

 

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