Luego de verse perjudicado por Diego Abal en la pasada fecha ante Colón, «El Ciclón» le reclamó ayer a Pablo Lunati al menos dos penales y una expulsión por un codazo de Darío Gandín. La derrota con Rafaela lo dejó al borde del descenso directo.
San Lorenzo volvió a sentir ayer que nada le alcanza en su lucha contra el descenso: a su falta de juego y a su escaso nivel de talento en el plantel le suma lo que advierte como «animosidad» de los árbitros contra su estadía en Primera.
«El Ciclón», que venía de ser seriamente perjudicado por Diego Abal contra Colón, sufrió ayer con Pablo Lunati, a quien le reclamaron dos penales y una expulsión como tres de las jugadas más groseras del partido.
La primera polémica fue a los 12 minutos del primer tiempo: San Lorenzo ganaba 1-0 cuando Leandro Romagnoli cayó grotescamente en el área al chocar con el arquero de Atlético Rafaela, Guillermo Sara, quien pareció llevárselo por delante.
Luego, a los 37 de la primera parte, el delantero del equipo lcoal, Darío «Chipi» Gandín, debió irse expulsado por pegarle un codazo a Adrián Martínez en una zona claramente dominada por uno de los asistentes del árbitro.
Mientras tanto, a los 16 minutos del segundo tiempo, el defensor Lucas Bovaglio, de Rafaela, se tiró a los pies de Bernardo Romeo y, luego de quitarle la pelota dentro del área, rozó al delantero por la potencia con la que venía y hubo dudas sobre si fue o no penal.
San Lorenzo siente que tiene todo en contra y carga encima con arbitrajes polémicos que le han quitado puntos vitales que por estos tiempos lo tienen al borde del precipicio.
Infobae
