Luego del primer casamiento en el Parque temático de Santa Ana otras cuatro parejas solicitaron casarse en ese lugar

Furor cuasó el enlace de Jonathan y Griselda, dos jóvenes de Garupá que ayer se convirtieron en la primera pareja en contraer matrimonio en el emblemático centro de turismo religioso inaugurado a principios de año en Misiones. Al difundirse la felíz noticia, otras parejas manifestaron su deseo de casarse en ese lugar.

La historia de Jonathan Vargas y Griselda:

 

La pareja de Garupá vive su amor desde hace varios años, y por diferentes motivos no había podido llegar al matrimonio ansiado por los dos. El más importante de esos motivos era la falta de una vivienda propia. Durante toda su relación Jonathan y Griselda vivieron en casas alquiladas, y desde hace cuatro años se sumó a la familia Milagros, o “Mili”, la pequeña niña de cuatro años, fruto de ese amor.

 

El 2011 fue el año de los Vargas, y fue el IPRODHA quien comenzó a encaminar hacia su realización los sueños de esta familia. Hacia mediados de este año, Joni, como le dicen sus amigos y familiares, y Griselda, fueron adjudicados con una vivienda del organismo provincial, ese momento fue el determinante para que ambos se decidieran a bendecir la unión, y se propusieron hacerlo antes de que termine el año.

 

Por su trabajo (camarógrafo) a Jonathan le tocó hace un tiempo filmar lo que todavía era la construcción del Parque Temático de Santa Ana, y ya en ese momento pensó que ese sería, algún día, el lugar adecuado para formalizar el amor con Griselda.

 

Ya disfrutando del patio de su nueva casa y mientras observaban como Mili jugaba feliz, ambos resolvieron que el parque seria el sitio ideal para el casamiento, pero todavía faltaba conseguir la autorización  para hacerlo allí, puesto que por la gran cantidad de turistas que a diario lo visitan, podría haber sido una piedra en el camino.

 

Enseguida se pusieron en contacto con la intendente de Santa Ana, Mabel Pesoa y le contaron su idea. Y la jefa comunal casi sin pensarlo les indicó que no habría problemas para hacerlo, incluso les ofreció su apoyo para llevarlo a cabo.

 

Los preparativos se hicieron cada uno en su lugar, los novios buscando, probándose y comprando la ropa adecuada, y el personal del parque, muy entusiasmado, preparando el lugar para recibir a la pareja y sus invitados.

 

Llegó el gran día, 17 de diciembre, y Jonathan se adelantó en el viaje para verificar que todo esté donde debería estar cuando sus invitados, pero principalmente su futura esposa  se haga presente.

 

La novia en tanto, junto a sus familiares y amigos, cerca de 50 personas, viajaron en colectivo hasta el parque, por supuesto, un colectivo exclusivo para  los invitados al feliz acontecimiento. El cartel decía «Al casamiento de Jonathan y Grsielda».

 

Del “si” de Jonathan y Griselda fueron testigos ellos, la intendente y el personal del parque, todos rodeados del hermoso paisaje que desde allí se puede disfrutar. Luego brindaron por el amor bendecido por Dios, agradecieron y se encomendaron para que desde arriba sean guiados hacia el crecimiento pleno de la familia. 

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