El Papa encendió un árbol de Navidad con una tablet

Benedicto XVI encendió hoy desde el Vaticano, a través de ese dispositivo digital, las luces del Árbol Navideño de Gubbio, a más de 220 kilómetros de distancia de la Santa Sede y que, con sus 750 metros de alto por 450 de ancho, es el más grande del mundo.

 

El encendido lo hizo mediante una «tablet», con la que activó a través de Internet el cuadro general eléctrico de la composición luminosa navideña instalada a más de 220 kilómetros del Vaticano.

 

El Arbol de Gubbio se levanta en una ladera del monte Ingino, que domina la monumental ciudad de la fértil región Umbria.

 

Antes de proceder al encendido, Benedicto XVI dijo que los hombres necesitan una luz que los ilumine, como así también auguró que se puedan desprender de las cosas materiales y dejen de lado el egoísmo.

 

«Los hombres también necesitamos una luz que ilumine el camino de nuestra vida y nos dé esperanza, especialmente en este tiempo en el que sentimos de manera particular el peso de las dificultades, de los problemas, de los sufrimientos y en el que un velo de oscuridad parece envolvernos», declaró el Sumo Pontífice durante la ceremonia de encendido del árbol.

 

Benedicto XVI abogó para que los hombres se desprendan de las cosas materiales «y que salga el egoísmo que muchas veces cierra el corazón». Ese egoísmo «nos empuja a pensar sólo en nosotros mismos», destacó.

 

«Cualquier pequeño gesto de bondad es como una luz de este gran árbol y junto a las otras luces es capaz de iluminar la oscuridad de la noche, incluso la más oscura», agregó el Pontífice.

 

Después de esas palabras, el Papa encendió el árbol más grande del mundo, el cual ingresó en el libro Guinness de los record en 1991.

 

El imponente árbol, adornado por más de 300 lámparas, fue encendido entre las murallas medievales, el monte Ingino y la basílica de San Ubaldo, patrono de la ciudad umbra.

 

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