Unos 3.000 libros -entre textos escolares, enciclopedias, clásicos de la literatura argentina y universal y hasta material didáctico audiovisual- están siendo distribuidos por el Rotary Club Posadas como un aporte para 16 escuelas (doce primarias y cuatro secundarias) y dos hogares de niños que se cuentan entre las instituciones más humildes del sur de la provincia.
Las primeras entregas se realizaron entre el martes y el miércoles en la Escuela Nº77 de Olegario Víctor Andrade, el CEP Nº9 y la Escuela Nº621 de Cerro Corá, la Escuela Nº15 de San Ignacio, la Escuela Nº96 de Colonia Teyú Cuaré (también en San Ignacio) y en las escuelas Nº821, Nº835 y de Adultos Nº 58 y Nº68 de Posadas, además de los hogares Padre Antonio Sepp, de Parada Leis, y Pequeños Milagros, de la capital provincial. El operativo se completará en los próximos días en el resto de los establecimientos previamente seleccionados por los propios socios rotarios.
El material educativo llegó a manos del Rotary a través de una donación realizada al socio honorario del club Danilo Regali por Jorge Balbi, familiar directo de la docente María Nila Rodríguez de Derendinger, con cuyo nombre fue bautizada la Escuela Nº77 de Olegario Víctor Andrade, por lo que resultó especialmente emotiva la ceremonia de recepción de los libros por parte de esa comunidad educativa, que dio una calurosa bienvenida al propio Regali –a sus 82 años, activo militante de la ayuda al prójimo- junto a Gerardo Echenique, Luisa Behr y el presidente y la secretaria del Rotary Club Posadas, Guillermo Espinosa y Leticia Pintos.
Muchas necesidades
Las múltiples y extremas carencias son el denominador común de los establecimientos escolares y de contención favorecidos con la entrega de libros, lo que marcó una profunda huella en los rotarios participantes en cada visita –según ellos mismos confesaron- y les dejó un sabor agridulce al mezclarse con la satisfacción por el aporte realizado y por el cariño recibido de parte de los humildes chicos y docentes beneficiados. Los rotarios destacaron especialmente el caso de la escuela de Teyú Cuaré, cuya matrícula está compuesta mayoritariamente de pequeños aborígenes y donde “les falta de todo y cualquier ayuda será útil”, aunque destacaron también el sobreesfuerzo realizado por alumnos, padres y plantel docente de la escuela de Cerro Corá, que “nunca tuvo portero y ellos se las amañan para mantener siempre limpio” el establecimiento.
Otro momento emotivo se vivió en la Escuela Nº821, en las avenidas Martín Fierro y Aguado de Posadas, donde las autoridades apenas pudieron atender a la entrega de libros porque “estaban abocados a la organización de un desfile de modas, a propuesta de una alumna en silla de ruedas, para recaudar fondos para la escuela”, contó la rotaria María Rosa Murciego. También llamó la atención de los socios la pulcritud y el orden que presenta la Escuela de Jóvenes y Adultos Nº 68 del barrio A4, uno de los más conflictivos de la capital misionera pero que demuestra que muchos siguen apostando a lo mejor cuando se les da una oportunidad.
Lo mismo ocurre en la nueva sede que comparten las escuelas Nº835 y de Adultos Nº68, en la chacra 252 de Posadas, que finalmente pudieron trasladarse a un edificio digno en 2010, después de años de trabajar casi a pulmón en un precario espacio donado por un vecino y gracias al esfuerzo del plantel docente. Ahora que cuentan con instalaciones acordes, reconocieron la importancia de la donación recibida para engrosar su naciente biblioteca y lamentaron que todavía no pueden instalar su sala de informática porque carece de la seguridad necesaria como para dejar allí los equipos a la noche.
“Nosotros tenemos la suerte de tener resueltas nuestras necesidades y puede parecer una pequeñez lo que estamos haciendo, pero al visitar cada escuela y cada hogar nos dimos cuenta de lo valioso que puede llegar a ser un simple libro”, resumió el presidente del Rotary Club Posadas, Guillermo Espinosa.
