El fiscal encarnaceno Héctor Garay espera más detalles de los competidores para avanzar en la investigación para determinar responsabilidades en la muerte de seis deportistas
Penas. Garay debe determinar si hubo culpabilidad en los organizadores.
El fiscal encarnaceno Héctor Garay retomará hoy la toma de testimonios de sobrevivientes y participantes de la competencia que terminó en tragedia en el río Paraná el 16 de enero pasado. Aunque no quiere dar precisiones sobre el avance de la causa, caratulada como homicidio culposo, el funcionario público paraguayo profundiza en la idea de que hubo severas fallas en la organización que «condujeron a los nadadores a una trampa mortal».
Pero por ahora no habrá indagatorias ni para la organización ni para las autoridades de la Prefectura Naval Argentina y la Marina paraguaya, porque la ley del vecino país estipula que para eso, debe primero formalizar un cargo. Por lo tanto, se remitirá a escuchar los testimonios de la tragedia para después sí darle forma a la causa que puede derivar en una pena de hasta cinco años de prisión si hay una condena para los responsables, que puede elevarse si se computa la cantidad de muertes.
«Todo es muy preliminar, pero todo lleva a que la organización falló en la seguridad. Nadie les advirtió a los competidores de la presencia de las barcazas y eso fue una trampa mortal», explicó Garay.
Los primeros en declarar ante el fiscal encarnaceno fueron Luis Solé Mases, padre e hijo, Ezequiel Molina y Orlando Krieger, quienes le relataron los pormenores del momento de la tragedia.
Se espera que los organizadores se presenten espontáneamente esta semana para dar su versión de los hechos, ya que a priori son los más comprometidos. Sin embargo, el fiscal también apunta a las autoridades de la Prefectura y la Marina, porque son los que debían garantizar que las condiciones de seguridad estaban dadas para la largada de la competencia que terminó en tragedia.
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