«Gordas» entre la soledad y la enfermedad

Natalia Marcet presentó este fin de semana su obra autobiográfica en Misiones. Bajo la disciplina del Odin Teatret, la actriz cuenta el infierno de la bulimia y la anorexia.

La provocación estaba servida en la mesa del hall de entrada de la sala Tempo. Junto al programa, en una servilleta, un pedazo de torta invitaba al público a saborear chocolate y dulce de leche, y el título de la obra impreso en un papel en forma de vestido gigante gritaba «Gordas». El retrato autobiográfico en el unipersonal de Natalia Marcet habla un poco de eso, de no comer o comer impulsivamente. La actriz radicada en Mar del Plata presenta «Gordas» con una estricta puesta en escena al mejor estilo del Odin Teatret, escuela teatral que los misioneros estamos muy poco acostumbrados a ver, aunque muchos directores se sienten discípulos de Eugenio Barba y su teatro antropológico.

Como toda obra autorreferencial, «Gordas» relata la historia de una mujer y su obsesión por bajar de peso. Un vestido gigante, montado con roldanas para facilitar su movilidad, estuvo acompañado por un sinnúmero de objetos que el personaje va descubriendo al ritmo de su patología. El estricto entrenamiento corporal, vocal e integral de la actriz basada en la escuela de Barba; sus textos histriónicos lanzados en escenas, a veces en canciones, otras en frases rítmicas y casi alocadas, sumergen al espectador en una aterradora historia de engordes y adelgazamientos que atravesó la actriz-personajes durante catorce años. Pero el tema central en esta radiografía de la bulimia y la anorexia, es sin duda alguna la soledad y los mandatos culturales de los tiempos que corren.

La historia es trágica, aunque afortunadamente el final es feliz, ya que Natalia (el mismo que el de la actriz) está obsesionada por su cuerpo y la lleva a consumir ansiolíticos, anfetaminas, diuréticos y laxantes, para verse bien e, inmediatamente, darse atracones hasta el hartazgo sin poder parar. Tres veces al año, el personaje pesa 96 kilos y, otras tres veces, 54 y ese desarreglo alimentario la lleva a las más profunda de las depresiones.

«Gordas» es un magnífico relato cargado de interesantes recursos teatrales que mantiene al espectador al vilo de los vómitos y los atracones. La destreza de Natalia Marcet en el escenario, la dirección y la puesta en escena de Ana Woolf impresiona en esta obra que tan actual, incursiona en las problemáticas del mundo globalizado.

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