El puntero de la zona B, Patronato de Paraná, volvió a llevarse los tres puntos de Misiones y está casi clasificado para la segunda etapa Si algo le faltaba a este momento tan negativo para el conjunto de Dechat, se dio en la tarde de ayer, en el cierre de la tercera rueda de la zona B.
Es que a la derrota que volvió a sumar en el «Andrés Guacurarí» (la quinta de este año), ahora le agregó la pérdida del tercer lugar que le permitía permancer en zona de clasificación y lo obliga, más que nunca, a un resultado positivo en el tan esperado clásico del próximo domingo en Villa Sarita, donde enfrentará al entonado Guaraní Antonio Franco, que le lleva cuatro puntos.
Como lo explicó al final del partido el arquero entrerriano, Patronato lo tenía muy bien estudiado al conjunto misionero y sabía que el sector defensivo de Crucero, en algún momento del partido se equivocaría, por lo que debían estar atentos y certeros a la hora de definir.
Y así se dio, porque en la primera ocasión que tuvo el rojinegro de Paraná no perdonó. Apenas iban trece minutos y una perfecta triangulación entre Marzo, Bianchini y Gastaldi, lo dejó libre de marcas al sorpresivo reemplazanate de «Carucha» Muller que la puso abajo, pese al esfuerzo de Doello.
Pudo empatar Crucero cuando una avivada de Lagoria en un tiro libre lo dejó a Marzuck con Bértoli, que respondió muy bien.
Cuando el primer tiempo transitaba sus últimos minutos, el local fue decidido a empatar y lo tuvo en la cabeza de Bareiro y en una entrada de Franco Cabrera, que se demoró demasiado y permitió que lo trabaran.
Pero como le viene sucediendo, se desordenó en el fondo y un perfecto contragolpe de Patronato lo dejó a ese infalible e interminable goleador que es José Luis Marzo mano a mano con Doello, gambeta hacia afuera y definición de zurda, cruzado al palo más lejano. Dos a cero y todas las dudas.
Un resultado inmerecido, porque el conjunto entrerriano había llegado dos veces y no falló. Crucero hizo revolcar a Bértoli, pero no concretó.
En la parte final, Patronato se replegó, lo esperó a Crucero y dejó aislados a Gastaldi y Marzo, por las dudas.
Los cambios que introdujo Dechat mejoraron un poco el juego colectivo, pero Crucero se repitió a la hora de definir, abusó del centro para Bareiro, que casi siempre perdió con Andrade y Zuvinikar, pese a que el paraguayo casi descuenta sobre la media hora con un cabezazo que pasó por arriba, cerca.
Se imponía el remate de media distancia, pero nadie probaba.
El partido casi se jugó en campo del líder de la zona B, pero su arquero no era exigido demasiado, pese a que le sacó un muy buen anticipo de cabeza de Franco Cabrera, sobre la media hora.
Crucero iba una y otra vez, pero con pocas luces, hasta que sobre los 41 minutos Pedro Brítez probó desde afuera (lo que pedíamos), y su remate se metió en la «ratonera», contra el palo derecho del arquero. Los gritos y la ilusión de la gente, de pronto, apareció.
Los últimos ocho minutos lo encontró intentando de todas las formas, pero el cansancio, la falta de precisión, el calor tremendo de la tarde y la serenidad del conjunto paranaense, también influyeron.
Volvió a caer Crucero. Tuvo un domingo «negro» por donde se lo mire. Perdió también el tercer lugar de la tabla, pero la gente despidió al equipo con aplausos, porque sabe que en apenas una semana se viene un partido que puede resultar clave para la rehabilitación: ante Guaraní y en Villa Sarita, nada menos, donde Crucero iniciará la primera de siete finales que lo pueden mantener en carrera. La situación es preocupante, pero por ahora sigue dependiendo de sus propios resultados.
