Acusan a YPF de desabastecer a estaciones para vender a brasileños

Empresarios pyme del sector aseguraron que la multinacional prefiere dejar su combustible en sus propias bocas de expendio, especialmente en aquellas que pueden cobrar precio diferencial a extranjeros

Empresarios Pyme del sector combustibles de toda la provincia, aseguraron que las estaciones de servicio que son de propiedad de las petroleras son las únicas que reciben abastecimiento constante. Entre ellas, las más privilegiadas serían las que están ubicadas en zona de frontera, ya que allí pueden cobrar un precio diferencial por venta a los extranjeros.

Destacaron que las condiciones de abastecimiento de las expendedoras de bandera -aquellas que se identifican con los colores de una petrolera determinada y venden exclusivamente sus productos- son totalmente diferentes. La nafta super es casi una rareza en esos comercios y el gasoil usualmente escasea.

«Las estaciones de las propias petroleras están abastecidas todo el tiempo, mientras que el suministro es irregular para todo el resto», indicó Faruk Jalaf, presidente de la Cámara de Estaciones de Servicios y Afines del Nordeste.

El caso más extremo de esta desigualdad se nota en Iguazú, donde según indicaron empresarios Pyme de la zona, la estación de servicio de Opesa (empresa subsidiaria de YPF) ubicada a la vera de la ruta 12, frente al Casino Iguazú, tiene el privilegio de un suministro constante.

«A veces tienen un camión sisterna de YPF estacionado en sus playones, para poder reponer el combustible de sus depósitos, ni bien estos se vacian por el constante flujo de autos brasileños que llegan para cargar sus tanques», indicaron desde otra de las estaciones de servicios de la ciudad de las Cataratas.

Mientras tanto, en las demás expendedoras de la provincia, incluso en aquellas de bandera Repsol YPF, el suministro es irregular, situación que reduce los ingresos de las Pymes.

Empresarios del rubro explicaron que la prioridad que otorga YPF a sus estaciones de servicio propias ubicada en zona de frontera, responde a que la venta en esos comercios es la que resulta más redituable para la petrolera.

Vale recordar que desde mediados de 2006 está en vigencia una disposición nacional que obliga a cobrar un precio más alto por los combustibles cuando son vendidos en zona de frontera a vehículos con patente extranjera.

No es casualidad entonces que las expendedoras con mayor facturación sean justamente las que son propiedad de las petroleras y cobran precios diferenciales, tal el caso de la YPF ubicada frente al Casino Iguazú. En esos lugares YPF obtiene la mayor rentabilidad posible en operaciones de venta al público dentro del territorio nacional, ya que por un lado se ahorran la comisión correspondiente al dueño de la estación de servicio, y por otro, se benefician con el sobreprecio que cobran a los extranjeros.

El caso no solamente preocupa a los propietarios de expendedoras de la región, que ven como su facturación se reduce, porque no tienen combustible para vender, sino también a todos los usarios del vital fluido que observan como buena parte del escaso combustible que ingresa a la provincia, termina en los tanques de vehículos brasileños.

En estado de alerta

Mientras las expendedoras de propiedad de las petroleras están en sus registros de ventas más altos de la historia, las Pymes del rubro aseguran estar pasando uno de sus peores momentos.

En ese sentido, Faruk Jalaf recordó que muchas de las firmas del rubro ya quebraron y adelantó que esta situación se repetirá en los próximos años si no se hace algo por recomponer la rentabilidad del sector. «En los últimos años se cerraron más de 3.000 estaciones de servicio en todo el país. Esto es grave porque no se protege a los que damos empleo. Todas las petroleras juntas no dan más de 5.000 puestos de trabajo; mientras las estaciones de servicios que quedan en pie le dan trabajo a entre 45 mil y 50 mil personas», argumentó.

Para el Presidente de la Cesane «las únicas perjudicadas en este esquema son las estaciones de servicio porque a las petroleras las beneficiaron con la exportación. Lo que tendrían que haber hecho no era bajar el precio del combustible que estaba congelado desde 2003 prácticamente. Tendrían que haber otorgado más porcentaje a los estacioneros que solo recibimos 0,03 centavos de los 0,40 centavos en que se habia incrementado el combustible en su momento. Solo nos ayudaba a pagar un poco todos los incrementos salariales que tuvimos hasta la fecha», indicó.

Para revertir esta situación y evitar futuros quiebres y despidos, Jalaf resaltó que resultaría necesario que tanto el Estado como las petroleras reduzcan una ínfima parte de las grandes ganacias que obtienen a través del comercio de combustibles, para que pueda incrementarse la parte del negocio que les toca a los propietarios de las estaciones de servicio.

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