La era Cravero dejó su huella en Villa Sarita

A un par de días para el clásico entre Guaraní Antonio Franco y Crucero del Norte, todo parece estar tranquilo en Villa Sarita. Más aún con el triunfo conseguido en su última presentación como visitante ante Sol de América cortando una racha de 19 meses sin poder ganar fuera de Posadas.

Pero no todo es color de rosa por aquellos lados y Telmo Gómez -que asumió interinamente como director técnico- sabe muy bien de las divisiones que hay en el grupo y que así será muy difícil ver a Guaraní en los primeros planos. Temas religiosos, privilegios para algunos jugadores y atraso en el pago de los sueldos son algunos de los temas que surgen detrás de la renuncia de Daniel Cravero como DT.

Asimismo, y a pocas horas de haber dejado su lugar como entrenador Cravero tiró, «para que yo siguiera había que cortar cabezas, la relación con algunos jugadores no daba para más», y si bien esto es cierto, él había «bancado» algunos jugadores para después traicionarlo. Además, están los reclamos de una gran mayoría de futbolistas que no estaban de acuerdo con la manera de trabajar del entrenador, que incluían aparecer un miércoles a los entrenamientos y de dar privilegios a algunos compañeros.

Pero ésta no es ninguna novedad para todo aquel que esté involucrado en el mundillo «franjeado». Este cortocircuito entre el «Chango» y alguno referentes del plantel se dio en el último Torneo Apertura del Argentino «B». En esa oportunidad, los hermanos Castillo (Hugo y Sergio), Héctor Franco, Manuel Dutto y Richard Núñez, fueron a hablar con el entrenador. El tema era claro, fueron a reclamarle al entrenador la poca seriedad de trabajo y el privilegio que le daba a ciertos jugadores para no ir a entrenar. Después de no recibir la respuesta esperada, los Castillo dejaron la institución; y a pesar que fueron y hablaron con los dirigentes para que tomara cartas en el asunto, los jerarcas del club le dieron la espalda a los símbolos de Guaraní respaldando a Cravero.

El técnico pasó ese sofocón, pero poco duró porque al inicio de esta temporada volvió a ver otro cortocircuito con la mayoría del plantel y fue tras la llegada de los jugadores provenientes de Chaco For Ever: Nazareno Godoy, Cristián Tabaqui, Mario Valenzuela y Ariel Silva (llegó el torneo pasado), que se vieron beneficiados con algunos privilegios, entre los que estaba retomar los entrenamientos recién los martes por la tarde y no los lunes o martes por la mañana como la mayoría del plantel.

Y a pesar que los jugadores nuevamente le plantearon la falta de trabajo, Cravero no cambió mucho su postura: «Venía un miércoles y qué podés hacer. Cómo podés entrenar si el martes hiciste físico, en lo táctico no te alcanza, no trabajamos pelota parada, nunca hacíamos coordinación, así no se podía», acordaron varios jugadores. «Además Cravero vivía obsesionado con lo que pasaba por Chaco For Ever», fue otra de las frases de este grupo del plantel actual franjeado.

La traición

Pero si bien algunos jugadores no compartían la forma de trabajo del entrenador, Cravero bancó a varios jugadores que después le jugaron por atrás. Entre ellos el arquero Fernando Regules, que tenía un pie afuera de Villa Sarita tras la dura eliminación ante Crucero del Norte en los cuartos de final de la temporada pasada. Y todo estaba arreglado para que Horacio Galeano se pusiera la «1», pero Cravero bancó a Regules y les pidió a los dirigentes que siguiera en el equipo.

El problema con Regules comenzó en la tercera fecha del actual torneo, cuando Guaraní cayó como visitante 4 a 1 ante Mandiyú. En ese partido el arquero recibió un golpe en la cabeza y Cravero estaba por hacer ingresar a Leznizuk (que finalmente entraría), Regules comenzó a gritar para que no lo saquen; y de ahí Cravero decidió sacarlo un par de partidos porque Regules «se creía el dueño del arco», afirmaba el DT. Luego volvió a atajar porque no entró el pase de Rivas. Otra de las cuestiones que le molestó al «Chango» es que Fernando se llevó toda la indumentaria y le puso su nombre.

Finalmente, la gota que colmó el vaso se dio en la sexta fecha en Villa Sarita, «La Franja» cayó 0-2 ante Patronato en una cancha muy mojada -en ese partido Gilberto Rivas fue el arquero-. Finalizado el encuentro y ya en el vestuario, Regules le preguntó a Rivas de manera irónica «¿estaba resbalosa la cancha?», ahí exclamó Cravero adelante de todos y le dijo «mientras yo esté vos no vas atajar más, por mal compañero», fue la frase.

Religión y salarios

El tema de la religión era otra de las cuestiones que estaba molestando y mucho a Cravero. Pero para eso hay que remontarse a la época de Andrés Padrón, en aquel entonces recién llegaba Fernando Regules que era el único «Atleta Cristo» y que con el correr del tiempo se fue convirtiendo en una especie de «ejemplo», teniendo a varios seguidores entre ellos Juan Calvo, Marcelo López y eso le fue dando cierto poder dentro del grupo que a Cravero mucho no le gustaba.

Otro de los jugadores con los que Daniel se sintió traicionado fue con el delantero Alejandro Ormos, que en el partido ante Patronato se hizo pasar por lesionado cuando no lo estaba.

Pero esos no fueron los únicos problemas que hubo en el equipo, los jugadores jugaron con cierta presión el partido ante Sol de América, ya que si no conseguían los tres puntos no se les iba a abonar el sueldo.

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