El psicólogo Raúl Gallardo sugiere escuchar al cuerpo social. Hay unos 20 mil jóvenes en Posadas que no trabajan, ni estudian. Para ellos y para el resto de la población hay que repensar estrategias comunicacionales
La muerte de un joven en medio de una riña en un boliche de Posadas puso nuevamente sobre el tapete la conducta de los jóvenes en la noche, y sobre todo su relación con el alcohol y otras adicciones. Las reacciones fueron muchas y casi de inmediato, se conoció la puesta en marcha de la Secretaría de Prevención que vino a reforzar lo ya iniciado con el Código de Nocturnidad.
La acción de la Secretaría, y de la Dirección que de ella depende, se basa en dos pilares fundamentales: la prevención a través de la educación con la puesta en marcha del Programa 12-21 y de la consolidación de la relación entre los actores como escuela-municipalidad; y por otro lado, el apoyo a la lucha contra el narcotráfico.
Raúl Gallardo es licenciado en Psicología (egresado de la UBA), especialista en diseño de programas sociales y director de Prevención de Conductas Adictivas de la Municipalidad de Posadas. «Un pueblo educado es sano», sostuvo.
Desarrollo cultural
«Hay que escuchar al cuerpo social, porque sólo así se puede prevenir y después curar», indicó. «Hay patologías sociales que surgen porque el mercado invita constantemente a consumir, muchos tenemos recursos para satisfacer las necesidades del mercado, pero otros no y eso genera violencia», contó.
«Estas problemáticas complejas, hay que enfrentarlas con estrategias actuales, y a través de la agencia municipal, escolar y la comunidad, cada uno tiene que cumplir una función específica en la conformación de una red solidaria. El principal recurso para enfrentar cualquier patología es el desarrollo cultural y artístico de un pueblo, mediado por la educación. Porque un pueblo educado es sano», resumió el especialista. «Entonces, además de gestionar y administrar, el municipio puede educar», añadió.
«Y nos toca a todos, porque uno sale a la calle y ve a gente vendiendo y consumiendo alcohol o drogas», indicó.
«La única manera de luchar es fortalecer los vínculos a través de competencias deportivas, puestas artísticas, plásticas, literarias, teatrales, situaciones que no sean aisladas y en las que se hable de las adicciones por ejemplo», opinó. Para Gallardo, «hay que desarticular el discurso y hay que hablar de promoción y de prevención. Se promueven las relaciones sociales y los vínculos y se previene con estrategias solidarias». Porque, «si hay un chico adicto, hay una familia y una comunidad enferma también y no nos podemos desentender».
«El primer paso es la apertura de la Municipalidad, que se abre a la comunidad», contó.
«Desde allí vamos a trabajar con los docentes que están en contacto con los jóvenes y no sólo vamos a trabajar con los barrios o las zonas más comprometidas, sino que vamos a trabajar con las más sanas», dijo Gallardo.
El desafío más grande tal vez, es lograr la atención de los jóvenes en diversas actividades, cuando todas las encuestas señalan que la atención está puesta en escuchar música y salir a bailar. «Hay que buscar nuevas estrategias comunicacionales», respondió sin dudar Gallardo.
En Posadas hay alrededor de 60 mil chicos de entre 12 y 25 años, de ellos unos 20 mil no estudian, ni trabajan.
«Esa franja también tiene una demanda y no los escuchamos», indicó. «Hay que ver qué tipo de jóvenes estamos armando nosotros, porque ellos son el resultado de las conductas de un cuerpo adulto», indicó el especialista.
Tras la muerte de Iván Mercol se escucharon muchas propuestas. Para Gallardo, «las reacciones después de sucesos violentos sirven porque allí se piensan acciones», pero hay que tener en cuenta que «la violencia no surge por casualidad».
«Hay políticas sociales que tienen que circular más hacia la comunidad y un código tiene que estar acordado de ante mano. Hay que integrar a los jóvenes porque ellos son el resultado de nuestras propias conductas», concluyó el especialista.
