Dos condenados por acopiar y transportar marihuana

Un hombre y su sobrino fueron castigados con once años y medio de prisión. Los habían sorprendido con un cargamento de 1940 kilos de droga en un camión; y en un depósito de San Pedro otros 787 kilogramos. El Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Posadas condenó ayer a dos hombres a once años y medio de prisión por los delitos de transporte y almacenamiento de drogas.
La sentencia recayó sobre Alejandro López, de 52 años, semianalfabeto; y su sobrino, César Aníbal López, de 45, quien trabajaba en la compraventa de madera en la localidad de San Pedro.
Ambos imputados se abstuvieron de declarar durante el juicio, pero durante la instrucción de la causa, en Eldorado, se desvincularon de los ilícitos.
El expediente se inició con un procedimiento que realizó el Escuadrón X «Eldorado» el 21 de agosto de 2003 a las 5.30. En esa oportunidad, una patrulla interceptó a un camión Ford F-600 que una hora antes había ingresado por un camino vecinal de Eldorado que conduce hacia el río Paraná.
El rodado, que llevaba una carga de madera aserrada, era conducido por Alejandro López, quien llevaba como acompañantes a un hijo menor de edad y a su sobrino César Aníbal.
Tras una requisa, los gendarmes establecieron que entre las tablas había un gran cargamento de marihuana, que totalizó 1940 kilogramos.
Cuando los gendarmes realizaban el procedimiento, ingresó un llamado al celular de César. El hombre le dijo a su interlocutor -posiblemente el propietario de la droga- «estamos con Gendarmería, hay un problema con tu madera».
Los imputados dijeron que ese cargamento debían llevarlo hasta el acceso a Montecarlo, donde el propietario los iba a esperar.
La investigación de Gendarmería no concluyó allí. Unos días después se estableció que César Aníbal y otro tío habían alquilado un depósito en San Pedro, donde acopiaban madera aserrada.
En ese lugar se realizó un allanamiento el 29 de agosto y se decomisaron otros 787 kilogramos de Cannabis sativa prensada y acondicionada en el interior de fardos de madera que, se supone, iban a ser despachados a Buenos Aires.
Para evitar ser descubiertos por los canes antidrogas, entre los tablones había colocados bolitas de naftalina.
El testimonio más importante lo aportó el alférez Miguel Bustos, un analista en inteligencia antidroga. Contó que la banda desbaratada era «bastante importante» y que «no era la primera vez que movilizaban una carga grande de droga».
Bustos agregó que el prófugo Angel López, hermano de Alejandro, era el organizador y que el grupo usaba la compraventa de madera como «pantalla» para ocultar su actividad ilícita.
La fiscal María Rosa Recio pidió trece años de prisión para los imputados; mientras que la defensora oficial Susana Criado pidió su absolución por entender que ninguno de los López sabía que debajo de la carga de maderas había un gran cargamento de droga.
El Tribunal integrado por Adolfo Sodá, Manuel Moreira y Norma Lampugnani finalmente le impusieron una pena de once años y medio de prisión. Recién saldrán en libertad condicional en 2011.

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