Guardaparque llegó a nado desde el puente del arroyo Garupá hasta el Puerto de Posadas

El guardaparque Alberto Bonitz pudo cumplir con la travesía que se había impuesto buscando demostrar rendimiento y velocidad a los 45 años de edad. Aunque dijo que en dos oportunidades le agarró calambre, debió apelar a fuertes brazadas para seguir adelante. El nadador dijo que quiere dar un ejemplo a las nuevas generaciones a las cuales defiende, «porque serán nuestros futuros gobernantes», señaló. Le gusta las actividades acuáticas y piensa seguir practicando canotaje en arroyos interiores de la provincia. «Apunto a los jóvenes, éste sería el único camino para llegar a la verdad, la pureza y la sinceridad», sostuvo el guardaparque del Ministerio de Ecología, que también es buzo y hace 25 años que entrena que entrena en una disciplina que considera de fácil acceso, «hay que estar en buenas condiciones físicas y tener una conducta amigable con la naturaleza» argumentó el deportista.

Bonitz partió alrededor de las tres de la tarde de ayer desde el punto fijado para su travesía, y con mucho viento a favor llegó pasada las 17:30 en el puerto local de Posadas. Lo acompañaron embarcaciones de la Prefectura Naval.

En dos horas cinco minutos el guardaparque Alberto Bonitz, del Ministerio de Ecología unió a nado la distancia desde el puente del arroyo Garupá hasta el Puerto de Posadas.

De esta manera cumplió su intención de unir ecología y deporte recorriendo las aguas del Paraná. Además la prueba demostró una disciplina de fácil acceso, de alguien que está en buenas condiciones físicas y tiene una conducta amigable con la naturaleza. Bonitz reside en la localidad de El Alcázar y trabaja en el Parque Ecológico el Puma de Candelaria.

Habitualmente hace estos recorridos en ríos o arroyos, en esta oportunidad decidió hacer la travesía hasta Posadas. Utilizó para nadar patas de rana que permiten duplicar la velocidad pero que también requieren entrenamiento para su uso.

En el recorrido fue acompañado por una lancha de Prefectura Naval Argentina y como guías en piraguas colaboraron Daniel Furlan y Mariano Donnet. Según los comentarios de los palistas, la partida desde el arroyo Garupá fue tranquila, en desembocadura con el Paraná el viento sur complicó por un momento la actividad hasta que finalmente continuaron río abajo en forma normal.

Alberto Bonitz reiteró su deseo de que los jóvenes realicen estas prácticas como nada y conocer el río, en contacto con la naturaleza y con un vida más sana.

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