Empresarios de la Asociación Forestal Argentina convocan al Estado a un trabajo en «conjunto» para lograr el crecimiento futuro del sector y posicionar al país como de polo foresto-industrial mundial. Para lograr esto, la meta mínima es alcanzar a plantar unas 100 mil hectáreas por año en forma sostenible en el tiempo.
El presidente de Afoa, Manuel Climent
Finalizando el año, se pudo comprobar que los temores planteados por los empresarios de la Asociación Forestal Argentina -principal cámara del sector a nivel nacional- con respecto a la posibilidad de que la implementación de la ley 25.080 de promoción forestal se viera obstaculizada, fueron acertados.
En ese marco, el presidente de la entidad, Manuel Climent, realizó un balance de la situación crítica que enfrentó el sector en 2004 y dialogó con ArgentinaForestal.com sobre las perspectivas para el año que se inicia.
Cuál es el balance del 2004 que hacen desde la entidad?
A pesar de los discursos y la buena predisposición que han mostrado los funcionarios, la realidad concreta es que no se han cumplido expectativas mínimas de esta ley de fomento, tanto en los pagos del apoyo no reintegrable, como en los expedientes pendientes de resolución por solicitudes de los otros beneficios de la Ley de Promoción, que ya llevan varios años de trámite infructuoso.
Cabe destacar que esta crisis burocrática ocurre al mismo tiempo que el sector muestra su potencialidad, logrando exportaciones estimadas en 800 millones de dólares en el 2004, cifra que marca un récord histórico.
Cómo afectó a los empresarios la auditoría interna que recayó sobre la administración forestal de la Secretaría de Agricultura?
En un primer momento tomamos con gran preocupación las noticias sobre la auditoría interna y el efecto sobre los casos involucrados. El cumplimiento de la Ley 25.080 se basa en tres patas: Estado, productor y profesional.
Creemos que es una obligación de la autoridad de aplicación investigar y sancionar a aquellos productores y profesionales que han cometido dolo en sus certificaciones o cobrado lo indebido, pero también debe asumir su responsabilidad y aplicar el castigo correspondiente a los funcionarios que avalaron tal situación; no debemos olvidar que el Estado ha sido el primer incumplidor en todo este proceso.
Por momentos, parecería que nuestro dilema es tratar de explicar a las autoridades que las leyes son dictadas para acatarlas, tanto por los ciudadanos como por los funcionarios, y que en una democracia ciudadanos y empresas deben cumplir con la totalidad de sus deberes, pero además tienen la posibilidad de hacer valer sus derechos, como es el caso de la obtención total de los beneficios que otorga la ley 25.080.
Esperamos que se termine la sustanciación de cada expediente, y se conozcan los fallos de cada caso, para que el sector no esté expuesto a una «caza de brujas» y, de una vez por todas, trabajar juntos mirando el futuro.
Tienen estimaciones sobre las superficies solicitadas en 2003 y 2004?
Estos dos últimos años fueron un fracaso desde el punto de vista de nuestros objetivos de crecimiento del sector en el largo plazo. Las estimaciones sugieren que se ha forestado alrededor de 40 mil hectáreas por año, lo que implica que estuvimos lejos de las 100.000 hectáreas anuales, base que consideramos que se puede forestar en Argentina y que le dará una perspectiva de polo foresto-industrial mundial.
El potencial del sector lo da su base forestal. Si no forestamos, el sector no crecerá. Por ello, nuestro énfasis está puesto en lograr la meta mínima de las 100 mil hectáreas en forma sostenible en el tiempo. Y ojalá podamos lograr más. Sin embargo, lamentablemente consideramos que, dados los atrasos en la regularización de los pagos de los beneficios forestales, éste será nuevamente un año de baja forestación. El país puede expandirse a un ritmo y con una productividad difícil de lograr en otro lugar del mundo, pero penosamente vemos una vez más cómo se desaprovecha esta ventaja.
Cuáles fueron las acciones concretas de la entidad en 2004?
En el tema de la implementación de la ley 25.080, desde Afoa hemos intentado colaborar con la autoridad de aplicación en todo lo posible para ir resolviendo los principales problemas que existen y que además fueron surgiendo durante el año. Para ello, mantuvimos varias reuniones y nuestra misión fue transmitir a las autoridades nacionales y provinciales, como así también a los legisladores, las preocupaciones del sector.
Hemos preparado un diagnóstico del sector forestal, que compartimos tanto con la Federación Argentina de la Industria de la Madera como con la Asociación de Fabricantes de Celulosa y Papel. En el mismo, hemos concluido que es imposible aplicar una ley con la estructura administrativa y capacidad profesional que muestra el Estado, tanto en el ámbito nacional como en varios casos provinciales. Como acción concreta y sustancial se entregó a las autoridades nacionales un proyecto de modificación del Decreto Nº 133/1999 que, aunque puede ser incompleto, trata de clarificar la interpretación de los puntos que consideramos más conflictivos de la Ley.
Toda vez que no logremos sentarnos las partes en una mesa de trabajo para analizar las diferentes interpretaciones, la implementación del régimen de la ley 25.080 será estéril, sin sustento.
Pero las acciones de AFoA no se limitan a tratar de lograr que la Ley de Promoción del sector tenga una implementación correcta. Participamos además del Foro Nacional de Madera y Muebles y del Mercosur; acompañamos el proceso del programa de apoyo a las Pymes foresto-industriales con fondos de la Unión Europea; se ha colaborado tanto en el análisis de los proyectos de ley sobre prevención y manejo del fuego como proponiendo programas concretos en la materia; realizamos charlas de difusión sobre el sector en ámbitos universitarios y foros nacionales e internacionales; organizamos la XV Reunión del CEDEFOR (Consejo de Desarrollo Sustentable Forestal del Mercosur); la tercera edición de la Silvoargentina; se convocó y forma parte del Foro Forestal (ente que nuclea a cámaras e instituciones del sector forestal del NEA); desde la Regional del Delta se colaboró en la 22ª Reunión de la Comisión Internacional del Álamo entre otras múltiples actividades.
Y en 2005, cuáles serán las principales acciones?
Además de continuar con las líneas abiertas hasta ahora y con los mismos objetivos, junto al Ministerio de Trabajo de la Nación y la Red de Instituciones Tecnológicas de la Industria de la Madera, estamos impulsando la certificación de competencias laborales, lo que creemos será un instrumento importante para mejorar la capacitación del sector que beneficiará especialmente a Pymes. Esperamos colaborar con la implementación del Programa de Competitividad para Pymes foresto-industriales, tanto en su componente de capacitación como de certificación forestal. También esperamos interactuar para que la segunda etapa del Proyecto Forestal de Desarrollo contemple los elementos que consideramos críticos en el sector.
Por otra parte, comenzamos con la organización del «Tercer Congreso Forestal Argentino y Latinoamericano». Este evento se llevará a cabo el próximo mes de septiembre, en la ciudad de Corrientes. Contamos para ello con el total apoyo del gobierno provincial. Luego de un paréntesis de casi ocho años sin un encuentro de esta naturaleza, el sector reclama este espacio de diálogo y entendemos que del mismo surgirán conclusiones y recomendaciones de peso para el desarrollo forestal y foresto-industrial nacional, con vistas a su inserción regional. Esperamos una concurrencia masiva al Congreso, no sólo de forestales del país sino también de expertos y colegas extranjeros.
Y seguiremos luchando para que la promoción del sector forestal sea una realidad, priorizando los esfuerzos para lograr la total aplicación de la ley 25.080, herramienta que consideramos fundamental para el desarrollo de una masa forestal, que dé pleno sustento a la actual industria, como así también posibilitar su crecimiento o la aparición de nuevos emprendimientos.
El mayor reclamo del sector en el 2004 fue sobre la necesidad de implementar una «política de Estado» para el desarrollo forestal. En 2005 continuarán sobre este reclamo?
Sin dudas, continuaremos trabajando no sólo en defensa de la Ley mencionada sino agilizando el Plan Estratégico que hemos impulsado dentro del Foro de Madera y Muebles y que se encuentra muy avanzado.
Como todo proceso que requiere de los consensos de distintos actores, probablemente es más lento de lo que uno pretende. Pero sigue adelante y esperamos que ya en febrero esté lista su versión definitiva. Pero debe quedar algo en claro: cualquier estrategia que se quiera implementar tiene como precondición que haya voluntad política de apoyo y organismos con personas competentes en todos los niveles para poder tomar las decisiones. De lo contrario, el Plan Estratégico de desarrollo forestal, será letra muerta.
Otro fuerte reclamo fue lograr mayor representatividad para el sector en la estructura del Estado, se logró avanzar en este aspecto?
Nuestro gran reclamo es que se mejore la calidad institucional del sector. No es posible que, por ejemplo, las políticas referidas a bosques nativos y bosques cultivados se encuentren en dos ministerios diferentes. Pero además, el sector tiene la característica de «cluster», lo que implica la necesidad de que se contemplen las políticas desde el punto de vista de la cadena de producción y sus interrelaciones institucionales. Las oficinas vinculadas a las políticas de apoyo al sector foresto-industrial están muy diseminadas. Su coordinación es imperiosa.
Reconocemos que ahora la Subsecretaría de Agricultura y Ganadería ha incorporado a Forestación en su ámbito. Esperamos que éste no sea un acto puramente formal y se refleje en una categorización de los recursos asignados a la Dirección de Forestación, especialmente, en recursos humanos capacitados y en el apoyo político que exige generar las políticas y la estructura acorde a sus objetivos.
