El teatro más antiguo del país funciona en Goya

Ana María Trainini de Sánchez, directora del Teatro Municipal se refirió a la historia de un edificio que hace 130 años viene albergando danza, teatro de revista, cine, presentaciones de libros, coros, lírica ó música popular. Más de un siglo de cultura en movimiento. Es el edificio de teatro en funcionamiento más antiguo del país. Según su directora, supera en historia a edificios paradigmáticos como el teatro Colón (Capital Federal), el Vera (Corrientes) o el San Martín (Córdoba). Si bien algunos fueron inaugurados en forma anterior, el Teatro Municipal es el primero que se mantiene en el mismo edificio.Se levanta en el centro de Goya, con la fachada modificada por modernos negocios como unos de los últimos vestigios de una época de gloria: de una ciudad que intentó ó quizá alguna vez logró, como saben decir los memoriosos, ser un pequeño París.Tiene capacidad para 600 butacas, y una mediana estructura técnica -no posee planta de luces propia, pero cuenta con escenario con cámara, pisos de fenólico para suspensión y demás recursos-. Por esas tablas pasaron desde bailarines del Lido de París, hasta reconocidos artistas nacionales como Luis Sandrini, Pepe Arias, Libertad Lamarque, los Hermanos Podestá, Paulina Singerman y Juan Carlos Barbieri, entre otros.La construcción se inició en 1873 por iniciativa del tipógrafo italiano Tomás Mazzanti. Era el tiempo donde Goya se reconocía como la Petite París: Una próspera comunidad de inmigrantes italianos y el apogeo de la producción tabacalera fueron el sustento económico de aquella «época dorada».Más allá de lo que pudiera suponerse, Mazzanti no es recordado como uno de los hombres más cultos de su época. Sin embargo, «comprendió la necesidad de un centro cultural para la ciudad, en ese tiempo de esplendor. Entonces transmitió la inquietud a un grupo de vecinos y así comenzó a ponerse en marcha el proyecto», comentó Trainini.negrita/TEATRO SOLARI /negrita Fiel al espíritu de la época, el tipógrafo no escatimó en gastos para la construcción del flamante centro cultural. «La obra se realizó con arquitectos traídos desde La Plata, maderas de Canadá, materiales eléctricos alemanes, muebles de Viena y apliques italianos». A tanto llegaba el esplendor que el telón del escenario y las cortinas se realizaron en terciopelo francés con sellos bordados en oro.La inauguración llegó en 1879 bajo el nombre de «Teatro Club 25 de Mayo» y en 1919 fue adquirido por Amancio Correa, quien lo llamó «Teatro Elsa» en homenaje a su hija. Después fue comprado por una familia de apellido Brest. En 1930 Santiago Solari, un empresario cinematográfico, lo rebautizó con el nombre de «Cine Teatro Isabel». Con los años la gente comenzó a llamarlo simplemente teatro ó cine «Solari».negrita/EXTRAÑOS HABITANTES/negrita En la ciudad es conocida la historia de los fantasmas del teatro. Muchos hablan de ruidos y pasos espectrales durante los ensayos y otros afirman haber visto extrañas figuras. Uno de los espíritus se atribuye al de una bailarina que se suicidó en el sótano, aunque nadie sabe la fecha exacta del hecho. La directora del teatro, también bailarina y profesora de danzas la bautizó como «Ana» en homenaje a la reconocida Ana Pavlov.Pero según los comentarios Ana estaría acompañada de un hombre, del que nada se sabe más allá de las anécdotas de pianos que suenan aún estando cerrados y los eternos pasos errantes. Algunos temen, otros creen y hay quienes optan por el escepticismo burlón, pero pocos dejan de hablar de los fantasmas del teatro.negrita/COSTOS /negrita En la actualidad, el teatro es administrado por la «Asociación de Amigos del Teatro», pertenece a Santiago Olivetti y el municipio se encarga de abonar el canon por alquiler luego de un contrato de locación firmado en 1994, cuando el teatro se reabrió después de un breve período de cierre. Cuatro años más tarde, una ordenanza municipal lo declaró monumento histórico y se encuentra en marcha la declaración de Patrimonio Histórico de la provincia, mediante un proyecto de ley en la Cámara de Senadores.Trainini explica que el presupuesto básico de manutención mensual, ronda los 500 pesos, sin tener en cuenta el alquiler ni los gastos por refacciones, que cada vez se vuelven más necesarias. Más allá de ello, y de que no estén incluidos en ese monto gastos por salarios ni producciones artísticas, la cifra es mínima si se la compara con lo que demandan otros teatros del país de similar importancia como patrimonio histórico.En todo este tiempo el paso del tiempo y los años que permaneció con las puertas cerradas se hicieron notar y es mucho lo que falta arreglar. La Asociación dispone de un presupuesto pautado de 12 000 pesos para los próximos arreglos que incluyen desde la mampostería hasta el techo de camarines y del escenario. Pero según Trainini, «todo lo que hace falta solamente podría lograrse con un presupuesto mucho mayor si el edificio pasara a propiedad del municipio o de la provincia».Mientras tanto, con la reapertura del 94, «se logró recuperar un movimiento muy interesante en la producción artística de la ciudad», comentó Trainini. (Momarandu)

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