Carvallo espera las pericias de GN

La diputada renovadora se mostró aliviada, aunque no contenta, con la medida judicial que benefició con la libertad a su hijo Matías, que estuvo preso ocho meses en averiguación del homicidio de María Elena “Marilyn” Bárbaro.La legisladora dijo ayer que “la prórroga extraordinaria (dictada en el expediente por el juez Horacio Alarcón) no es una prueba contundente” de la inocencia de Matías, que recuperó la libertad el miércoles al mediodía. Carvallo, quien no quiso dar detalles de la causa judicial, aseguró que “estaría más tranquila si vienen los resultados de las pericias que realizó Gendarmería Nacional” en la casa de la víctimaPara la diputada, la causa dio un vuelco fundamental y se orienta hacia nuevas líneas de investigación. “Se cayó la versión de quien involucró a mi hijo”, dijo, en referencia a Rubén Oscar Schnimg, el único que continúa preso por ese crimen.Aunque no dio detalles, indicó que la Fiscalía había presentado “un testigo que declaró lo que vio en esa casa y lo que vio no coincide lo que al comienzo se había dicho”.Carvallo contó que Matías, “después de ocho meses de encierro sigue encerrado en su habitación”. Dijo que no tienen nada que festejar, en cambio “hay mucho para reconstruir; hay un chico que está deshecho”, aseguró.Sostuvo que a pesar de todo lo que se dijo sobre su hijo a raíz de la detención, no quiere irse de Oberá y adelantó que el joven podría seguir cursando una carrera vinculada a la informática.Junto a Ortiz recuperaron la libertad Gabriel Piotrowski y Daniel “Chaparro” Núñez, quienes también habían sido vinculados al crimen por Schming. María Elena Bárbaro vivía sola en la intersección de las calles México e Italia, en Oberá, cuando fue asesinada en abril pasado.Los investigadores establecieron que el o los asesinos ingresaron sin ejercer violencia a la casa y golpearon a la víctima en la cabeza con un objeto contundente.Tras asesinarla en el living, arrastraron el cuerpo hasta un sótano, donde lo enterraron.Un día después un testigo vio a Schming a bordo del Chevrolet Corsa de la víctima, que apareció abandonado a unas 20 cuadras del escenario del crimen.