Los gendarmes que fueron hallados muertos en el Paraná no perecieron ahogados

Con esto se confirman las sospechas de sus familiares. Las víctimas, Darío Aranda y Carlos Fabián Antúnez murieron cerca del puente Posadas-Encarnación en setiembre del año pasado. Supuestamente cuando corrían detrás de un contrabandista. Hay contradicciones en las declaraciones de los otros miembros de la patrulla. [su_note note_color=»#cdcdcd»]Estas conclusiones podrían acarrear un serio dolor de cabeza para la médica de la Policía de Misiones, Miriam Lojewski, quien rubricó sendos informes en la costa del río donde se mencionaba como causa del deceso la asfixia por sumersión. [/su_note]Un brusco giro podría sufrir en los próximos días la investigación por la muerte de los gendarmes Darío Aranda y Carlos Fabián Antúnez, quienes fueron rescatados del río Paraná en la madrugada del 20 de setiembre del año pasado. La Gendarmería sostuvo desde un primer momento la versión de un «accidente» cuando las víctimas se arrojaron al agua para detener a un contrabandista de cigarrillos. Pero los médicos forenses Mónica Palacios, Manuel Acosta y Luis Francisco De Min -el último por la parte querellante-, señalaron en su informe que los uniformados no murieron ahogados. En el caso de Antúnez, no pudieron determinar si había agua en los pulmones por el avanzado estado de descomposición del cadáver, pero en el caso de Aranda, los médicos legistas descartaron que la asfixia por inmersión haya sido la causa del deceso. Estas conclusiones podrían acarrear un serio dolor de cabeza para la médica de la Policía de Misiones, Miriam Lojewski, quien rubricó sendos informes en la costa del río donde se mencionaba como causa del deceso la asfixia por sumersión. Es que ante la menor duda, los médicos de las fuerzas solicitan una autopsia, algo que para Lojewski no fue necesario en esa oportunidad. Lo llamativo es que los cadáveres de las personas que mueren ahogadas presentan características muy particulares, algo que no se habría registrado en el caso de Aranda y Antúnez según los forenses. Con este informe, el juez federal Ramón Claudio Chávez le podrá dar un nuevo impulso a la investigación. Hasta el momento le tomó declaración a los demás integrantes de la patrulla que esa noche salieron disparados del puente «San Roque González de Santa Cruz» -une Posadas con Encarnación- detrás de un grupo de contrabandistas que habría recibido varias cajas de cigarrillos que fueron lanzados por motoqueros paraguayos desde el puente. Aparentemente habrían surgido algunas contradicciones entre los gendarmes y uno incluso reconoció que efectuó algunos disparos intimidatorios con su arma reglamentaria, algo que en un primer momento se desconocía. Con respecto a Antúnez, los médicos forenses dijeron que el cuerpo se descompuso más rápido de lo habitual «debido a que no hubo proceso de conservación porque la caja metálica (féretro) no estaba sellada». Otro error que el magistrado deberá determinar si fue involuntario o cometido de ex profeso para acelerar el proceso de descomposición del cadáver. Al analizar el cuerpo de Aranda, concluyen que «dado el grado de descomposición no se puede establecer una causa segura de muerte, pero todos los datos obtenidos sobre todo en el caso del cadáver de Aranda, que no fue la sumersión con penetración de agua en pulmones y estómago la causa del óbito».

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