Crimen de la enfermera: los investigadores sospechan que un tercer familiar participó en la escena del crimen

La historia que relató Gabriel Guevara, el marido de la enfermera Marcela Coronel- asesinada a fines de mayo en Longchamps-, no exhibe fisuras aparentes. El hombre se deslindó de la responsabilidad de la muerte de su esposa y del abandono de su beba con un hilo argumental que, en apariencias, cierra: apunta contra su hermano Pablo, quien es un ex policía. Sin embargo, los investigadores sospechan que un tercer familiar participó en la escena del crimen.

Según informó C5N, Pablo Guevara usó un colectivo para trasladarse a la casa de Gabriel y Marcela el día del asesinato y marcó la tarjeta Sube dos veces. Los investigadores sospechan que le pagó el pasaje a alguien más de su entorno que lo que lo acompañó a ocultar el cuerpo y a llevar a la nena del lugar.

Esa hipótesis tomó fuerza luego de que los vecinos aseguraran que el día del crimen de Marcela vieron a una mujer con la nena. Desde el entorno de la enfermera aseguran que podría tratarse de Mariana, la hermana de los Guevara.

 

Los datos que complican al marido de la victima

Los investigadores le tienen los ojos encima a Gabriel, entre otras cosas, por las contradicciones en sus declaraciones. Al principio, el hombre planteó que el crimen podría haber sido cometido por unos vendedores de drogas que él hecho de su trabajo (era vigilado en el Centro de Integración Monteagudo), como una venganza. Lo sostuvo cuando relató ante la fiscal que había sido amenazado y además porque, cuando quiso salir para su casa, al haber hallado a su hija en la calle, su moto tenía las ruedas pinchadas.

Pero el marido de la víctima aseguró que cambió su hipótesis tras escuchar a su padre, quien piensa que podría ser Pablo el autor del crimen. Gabriel contó que su hermano quiso suicidarse tiempo atrás y que él y Marcela decidieron que viva un tiempo con ellos. Pero admitió que es una persona con problemas.

Cuando Gabriel declaró, dijo que al llegar a su domicilio se acostó en el comedor, miró un rato Netflix, luego se fue a dormir con Coronel, con quien estaba «todo bien», y que cuando se levantó se fue a trabajar a las 5.30. Pero el GPS lo ubica a las 6.15.

Sin embargo, en su última indagatoria, Pablo dijo que el día del hecho su hermano, Gabriel lo llamó entre las 3 y las 5 de la madrugada para pedirle ayuda porque «se le había ido la mano con Marcela».

El ex policía afirmó ante la fiscal que cuando llegó a la casa de Gabriel, su hermano ya se había encargado de mover el cuerpo y limpiar y lo único que reconoció es haber colaborado para hacer parecer que había ocurrido un robo y en llevarse a su sobrina.

Los voceros señalaron que, incluso, Pablo contó que tuvo una discusión con Gabriel cuando le dijo que la zona estaba repleta de cámaras y lo iban a descubrir llevando a la nena -tal como sucedió-, pero que Gabriel le dijo que “no sea cagón” y lo haga.

Con esta declaración, los investigadores judiciales tienen acusaciones cruzadas entre ambos hermanos detenidos.

 

 

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