EXPEDIENTES, el caso Lalo Bernal: una violación que no fue, una paliza despiadada y un barrio que reclama justicia por un vecino masacrado en su propia casa

Eduardo “Lalo” Bernal (55) se arrastró, quiso incorporarse y no pudo. Le sangraba mucho la cabeza. Le pidió a su vecina Miriam Ortega que lo ayudara a limpiarse. Fue lo último que dijo, la tarde del 26 de diciembre de 2017. En la madrugada del día siguiente dejó de existir, por las múltiples lesiones que había sufrido durante la paliza a la que lo sometieron cuatro integrantes de una familia que lo acusaba de haber abusado sexualmente de una hermana de ellos que padece retraso madurativo.

El abuso nunca existió. Eso se comprobó con el correr de la investigación. Hasta la supuesta víctima les dijo a sus hermanos que Lalo no le había hecho nada. Nada les importó a los agresores. Fue tal la golpiza que le dieron al cartero retirado, que no pudo sobrevivir.

Bernal vivía en una casa de la avenida Las Heras, casi Eldorado, en la chacra 80 de Posadas. Precisamente Las Heras divide su barrio de la chacra 96, que alberga a la temida Villa Hollywood, un asentamiento donde de manera semanal se producen incidentes derivados del consumo de alcohol y otras drogas y de la violencia de algunos de sus moradores.

Ortega es integrante del Foro de Seguridad de la zona. En una entrevista con Misiones Online TV, contó que el barrio está dolido con lo que pasó con Lalo, un hombre al que consideraban servicial y buen vecino, dedicado a cuidar a su madre de 82 años que padece Alzheimer. Después de la muerte de su hijo, la mujer debió ser internada. “¿Dónde está Lalo? ¿Cuándo vamos a volver a casa?”, repite la abuela. Otras veces, cuando se conecta con la realidad, dice: “Las mujeres le pegaron a Lalo”.

Esas mujeres a las que se refiere la anciana son Vilma (25) y Nélida Neto Da Rosa (38). Según Ortega, que presenció toda la secuencia, ellas reaccionaron violentamente al encontrar a su hermana discapacitada Romilda (33) en la casa de Bernal. “Nunca hubo ningún indicio de que Lalo haya violado a esa chica. Es más, ella estaba mirando la tele cuando las hermanas entraron. Ambas empezaron a golpear de manera bestial al hombre, que ni siquiera se podía parar. Incluso cuando ya Bernal había sido llevado al hospital, ellas se jactaban de lo que habían hecho. Ni a un animal se le trata como lo hicieron con ese pobre hombre. Nunca me voy a olvidar cómo lo lastimaron en sus partes íntimas. Lalo imploraba que no le sigan pegando”, evocó Ortega, todavía horrorizada.

Pero después vino lo peor. Entraron en acción Daniel (25) y Samuel Neto Da Rosa (32). “Ellos le pegaron peor. Fue terrible. Y encima lo hicieron dos veces, porque vinieron y lo castigaron y después volvieron para pegarle más. Hubo premeditación”, dijo la testigo clave sin dudar.

Según  Miriam Ortega, los Neto Da Rosa coparon la avenida Las Heras y amenazaron con quemar la casa de Bernal, con él y su madre enferma adentro.

“Esas dos mujeres que lo golpearon a Lalo están libres y no deberían estarlo. Pasan caminando por el barrio como si nada y estamos indignados. Queremos que esa familia sea excluida de esta zona. No podemos creer lo que le hicieron a Lalo”, sentenció Ortega, muy compungida.

A pesar de la cumbia y la música cervecera que a toda hora suena en el límite de las chacras 80 y 96, Miriam, conocedora como pocas del vecindario y de los barrios cercanos, dice que los vecinos más antiguos de la chacra 80 tienen el alma desgarrada por la tristeza.

Expedientes presenta en su edición número 19 el caso Lalo Bernal y también una entrevista con Pablo Achingo, hijo del sindicalista mercantil homónimo al que golpearon y luego prendieron fuego vivo en Posadas el 7 de junio del año pasado.

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