La confesión de un femicida: «me llamó por el nombre de otro y la maté”

El martes pasadas las 7 de la mañana Esteban Castaño cerró la habitación que compartía con su mujer y sus tres hijos y se fue caminando solo hasta la comisaría de Valle Viejo, en la provincia de Catamarca. «Maté a mi esposa, está en nuestra casa, me llamó por el nombre de otro y la maté”, le dijo a la policía. Casi al mismo tiempo, la familia de Julieta Herrera encontraba su cuerpo ya sin vida acostado sobre la cama.

Castaño trabajaba como sereno de una escuela de 23 a 6 de la mañana pero ese día, volvió a su casa más temprano. Encontró a la víctima y los tres chicos, de 13, 9 y 5 años, durmiendo. Fue en ese momento que habría intentado tener relaciones sexuales con ella y todo terminó en tragedia.

Según su propia declaración, la mujer confundió su nombre y ese fue el motivo que lo enfureció. La tomó del cuello con sus propias manos y la desnucó. Para ese momento su hijo más grande se había despertado e intentó defender a su mamá pero el padre tuvo más fuerza y le lesionó una muñeca.

El hombre tomó después la moto que era de la víctima y se llevó a sus tres hijos a la casa de la abuela. «Cuidamelos, yo sé que vos los amas», le habría dicho a la mujer antes de ir a entregarse a la policía.

En medio del trabajo de los peritos en el lugar del crimen, la hermana de Julieta gritaba quebrada por el llanto: «Dónde estuvieron ustedes (a los policías) cuando la encerraba junto a sus hijos y no la dejaba salir». Castaño permanece detenido en la seccional. (TN)

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