El delantero surgido de Nueva Chicago se quedó en Brasil. «Gracias a Dios no viajó, es el destino», señaló su papá.
Alejandro Martinuccio podría decir que volvió a nacer. El delantero argentino del Chapecoense se salvó de la tragedia aérea ocurrida cerca de la ciudad colombiana de Medellín, que dejó como saldo al menos 75 muertos y 6 heridos, ya que se recupera de una lesión.
La aeronave se accidentó en los últimos minutos del lunes en el Cerro Gordo de la Unión, en el departamento de Antioquia, según confirmó el Aeropuerto Internacional José María Córdova de Rionegro en un comunicado oficial.
Surgido de Nueva Chicago, Martinuccio, de 28 años, jugó en Peñarol de Uruguay, Villarreal de España y Fluminense de Brasil, y llegó este año al Chapecoense proveniente del Ponte Preta, también de del fútbol brasileño.
“Estoy triste. Siento un profundo dolor por mis compañeros. Lo único que puedo decir es que recen por ellos», remarcó Martinuccio a radio La Red. “Yo me levanté con esta noticia. Me estaba recuperando de una lesión y no viajé. No sé por qué pasan las cosas. Es muy difícil todo esto», agregó desde el club. “Estamos todos acá, no podemos creerlo. Esperamos noticias”, concluyó.
Rubén Martinuccio, padre del jugador, contó a TN que «ya estaba» recuperado, «pero le dijeron ‘vos no te preocupes que te queremos diez puntos para el año que viene'».
«Gracias a Dios no viajó, es el destino», señaló y añadió: «Pienso en él, en su mujer, en sus tres hijos».
Chapecoense llegó a la final del torneo continental luego de eliminar la semana pasada a San Lorenzo, tras igualar como local 0 a 0, mientras que en octavos de final había dejado en el camino a Independiente en definición por penales.
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