Confesión del atacante caníbal: «comí algo malo… humanos»

El estudiante universitario de Florida acusado de asesinar a cuchilladas a una pareja y mordisquearle el rostro al cadáver del esposo les dijo a los oficiales de la policía que lo hallaron en la escena del crimen: «Ayúdenme, me comí algo malo» y entonces admitió que se trataba de «humanos», mientras escupía un pedazo de carne, según consta en documentos de la corte.

Austin Harrouff, de 19 años, les rogó además a las autoridades que lo mataran luego de lo separaron del cadáver de John Stevens, de acuerdo con los documentos obtenidos el lunes por el Palm Beach Post.»Mátenme ahora, merezco morir», dijo Harrouff.

Harrouff está acusado de asesinato por el ataque del 15 de agosto a John Stevens, de 59 años, y su esposa Michelle Mishcon Stevens, de 53, en las afueras de la casa de la pareja en Tequesta. Los fiscales dicen que van a pedirle al jurado que sea juzgado por asesinato premeditado, que puede conllevar la pena de muerte.

Los alguaciles dicen que encontraron al entonces fornido jugador de fútbol americano universitario luciendo solamente ropa interior, haciendo ruidos animales y mordisqueándole el rostro a Stevens a la entrada de la casa.

El FBI está realizando análisis para determinar si Harrouff se encontraba bajo los efectos de una droga conocida como flakka, ya que aquellos que la consumen tienen este tipo de comportamientos. «Atacan a la víctima, muerden e incluso remueven trozos de carne», explicaron especialistas.

Harrouff estuvo hospitalizado durante casi dos meses después del ataque. Su padre dice que tenía el esófago quemado, y el alguacil del condado, Martin William Snyder, dice que Harrouf pudiera haber ingerido sustancias químicas de jardinería halladas en el garaje de la pareja.

Menos de una hora antes del ataque, Harrouff estaba cenando con su padre, su hermana y un amigo en un restaurante a unos 6,5 kilómetros de la casa de las víctimas cuando al parecer tuvo una discusión con su padre.

Un video de las cámaras de seguridad lo muestra saliendo calmadamente del restaurante unos 45 minutos antes del ataque. Su madre, que no sabía lo que estaba ocurriendo a poca distancia de allí, llamó a la policía para reportarlo como desaparecido. En la denuncia dijo que su hijo había estado comportándose de manera extraña desde hacía una semana, diciendo que tenía superpoderes y había sido enviado al mundo para ayudar a la gente.

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