La astróloga estudió bien a sus víctimas y las estafó casi al mismo tiempo para luego esfumarse

La astróloga estafadora sigue sin aparecer y todos creen que se fue a Brasil, su país. Tiene tres denuncias en su contra en la Policía de Oberá. Huyó con cerca de 600 mil pesos, que les birló a tres clientes que querían multiplicar sus ahorros con oraciones. Hasta el momento la única que pudo aumentar el caudal de billetes fue la mujer, que se presentaba como Helena Martínez, aunque nadie cree que se llame realmente así.
Quienes trataron con ella en los dos meses que operó en la Capital del Monte afirman que la escucharon decir que ella es oriunda de Belo Horizonte, estado de Minas Gerais. Por allí la andan rastreando, por ahora sin éxito. Mientras, en suelo obereño indagan para dar con presuntos cómplices, si es que los tuvo.
Helena, que se promocionaba como tarotista y como experta en “caracoles brasileños” atendía en calle Ralf Haupt casi 25 de Mayo. Mucha gente habría pasado por el lugar.
Hasta ahora, aparte del comerciante Gregorio K. (52), cuyo relato puso en evidencia a la estafadora, también llevaron su caso ante las autoridades el jubilado Héctor Rubén E. (66) y por Luis R. (75), quien acudió ante la Policía, pero las damnificadas fueron su esposa María A. (70) y su hija Salomé R. (45).
Gegrorio K. perdió 446 mil pesos, entre moneda nacional, dólares, reales y joyas. Héctor, 50 mil pesos (todos sus ahorros); y la familia de Luis, 100 mil pesos y un costoso reloj de oro.
En todos casos, la estrategia fue la misma. La astróloga les pidió que colocaran todos sus valores en un bolso, luego depositado al pie de un altar. En otro sector de la oficina, Helena oraba con los clientes. Luego, el bolso era retirado por los dueños y no debían abrirlo por algunos días. Después, en teoría, los valores iban a aparecer multiplicado.
La astróloga estudió muy bien la jugada y todas sus víctimas fueron timadas casi al mismo tiempo, porque de lo contrario el que se daba cuenta la hubiera acusado ante la Policía.
Gregorio K. fue el primero en abril el bolso y toparse con velas y papeles de diarios. El resto, al enterarse de la estafa, abrió el suyo con idéntico resultado. Los billetes reales estaban en la bolsa de Helena, la única beneficiada con las oraciones.

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