“Con Estevez nos preparamos para la guerra”

El general Roberto Reyes, comandante de la Brigada de Monte XII y veterano de Malvinas, recuerda la fortaleza del misionero Roberto Estevez, caído en las islas. A 36 años, un análisis del combate y las posibilidades de éxito de la Argentina. 

Suena el teléfono en medio de la entrevista. Es un mensaje de texto del Tano Pesareci, un soldado que, escueto, recuerda que hace 36 años “comenzaba nuestra misión. Viva la Patria”. El destinatario es el hoy general Roberto Reyes, jefe de la Brigada de Monte XII del Ejercito Argentino, con asiento en Posadas. Pesareci estuvo bajo su mando en el desembarco en Malvinas, operativo iniciado el 27 de marzo de 1982 y hasta hoy sigue firme el vínculo. Reyes estuvo al frente de una de las unidades de la fuerza de desembarco compuesta por cinco anfibios.

 

Su misión era tomar la casa del Gobernador, pero finalmente se encargó de copar el aeropuerto para garantizar el arribo de las naves argentinas.

 

 

La oficina de Reyes tiene pocos detalles decorativos. Un cuadro de San Martín, una bandera de la Inmaculada Concepción, protectora de la Infantería, un crucifijo y una réplica del comandante Andresito Guacurarí, otras dos de soldados montañeses y un puñado de libros. Pero sobresale un cuadro del teniente Roberto Estevez, uno de los héroes misioneros caídos en Malvinas que custodia con su mirada el formal escritorio.

 

El misionero fue un compañero de combate de Reyes. «Con Estevez nos preparamos para la guerra», recuerda con emoción el curtido militar, por aquel entonces un subteniente de 23 años.

 

Su compañía fue una de las que más soldados perdió en los primeros combates. Doce hombres quedaron en las frías tierras del sur.

 

 

“De Estevez recuerdo su ímpetu, el siempre dar el ejemplo, proteger a sus soldados. Primero la misión, sus camaradas. Después él. Eso es lo que más recuerdo. Él era así. Lo tenía asumido. No es una cosa sencilla de asumir», recuerda.

 

 

«Con Estevez nos preparamos para la guerra. No había dudas. Estevez en ese sentido fue un abanderado. Como otros, que salvaron vidas, combatieron bien. Los misioneros que tienen a Andresito como su comandante, como el héroe de estas tierras, deben recordar a Estevez, otro héroe en defensa de la patria. Deben estar orgullosos de un soldado que dejó la vida por la misión.

 

 

¿Que siente ante la guerra?

 

 

Es algo que nos excede. Desde chicos nos enseñan que las islas son nuestras y uno ve la necesidad de tenerlas nuevamente. Eso es más fuerte. Y nos da la fortaleza para llevarlo adelante. Son nuestras por factores geográficos, proximidad marítima, hechos históricos, desde Vernet hasta ahora.

 

 

¿Eso pesa a la hora del combate?

 

 

Uno se prepara. Hay que darle gracias al soldado que no se prepara, que tuvo dos meses de instrucción y fueron hombres. Es mentira es de los chicos de la guerra. Defendieron a la patria de la mejor manera. Como hombres. Lo importante es todo lo que uno allí, al servicio de la patria. Uno lo vive con grandeza. Entonces no cuesta tanto, uno siente esa disposición de sentirse guerrero. Si uno ve que al lado hay gente igual, sacrificio, no cuesta.

 

 

Después de la batalla, ¿cómo vivió la rendición?

 

 

En mi caso, venía de 21 días de repliegue, habíamos combatido en San Carlos. Era casi un alivio, porque nos moríamos de hambre. No teníamos relevo. No había opciones. Estábamos encerrados en un ataque aeronaval con una degradación de la posibilidad de combate.

 

 

Uno siempre se pregunta si la guerra se podía ganar…

 

 

No. No teníamos aliados, desde el punto de vista estratégico no se puede soportar el asedio aeronaval permanente. Nos dejaron sin apoyo. Era una cuestión de tiempo. Se potenciaban ellos, que cada vez recibían más apoyo y nosotros quedamos encerrados. Si hubiese sido otro terreno, continental, sí. No son excusas, es la realidad. Pero eso no invalida las buenas acciones de los soldados que hicieron de todo o los pilotos que hicieron gran daño a las naves inglesas.

 

 

¿Que fue lo que más le impactó?

 

 

Todo eso junto. El patriotismo, rebelarse contra la adversidad. La defensa aérea, la lucha de la Armada. Nunca fue 5 a 1 a favor nuestro, siempre estuvimos en desventaja y en esa desventaja, se mostraba el temple, el arroje. Las ganas de agarrarse a mano limpia. Eso es lo que me impactó.

 

 

 

¿Cómo ve las gestiones por Malvinas?

 

 

En algún momento se van a tener que sentar a negociar. Se ha tomado la situación como política de Estado y tenemos hasta una secretaría específica de Malvinas. Hay hechos históricos que reivindican nuestro reclamo, por presencia efectiva, hemos tenido un gobernador antes que lleguen los ingleses, por cuestiones diplomáticas, por un montón de cuestiones que hacen que por derecho, reclamemos. No está en nadie dejar de hacerlo Seguimos enseñando en las aulas, que es nuestra y los chicos la sienten así. Se tiene que negociar hasta llegar a una solución al conflicto.

 

 

¿Le gustaría volver?

 

 

Ya estoy viejo. Pero para servir, un general o un soldado sólo tienen que tener capacidad de fuego y posibilidad de desplazamiento.

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