Los camaristas avalaron la investigación del juez Horacio Alarcón al confirmar los procesamientos de Matías Ortiz, Gabriel Pietrowski, Daniel Núñez y Rubén Oscar Schming. Otro de los imputados, Pedro Dos Santos podría recuperar la libertad hoy. [su_note note_color=»#cdcdcd»]En una extensa y bien fundada resolución, los tres camaristas analizaron todos los testimonios aportados por las defensas de los jóvenes y sólo le dieron crédito a los que aportó la abogada Teresa Gómez de Roth, la defensora de Pedro Dos Santos, cuyo proc[/su_note]El Tribunal Penal de Oberá dio un fuerte respaldo a la investigación que realiza el juez Horacio Alarcón del crimen de la discapacitada María Elena «Marilín» Bárbaro. Los camaristas confirmaron ayer el procesamiento de cuatro de los cinco imputados que tiene la causa.
Romeo Roque Schwengber, Francisco Aguirre y Amalia Avendaño ordenaron que Matías Ortiz, Gabriel Pietrowski, Daniel Núñez y Rubén Oscar Scming sigan detenidos y procesados por el delito de «homicidio calificado», que es castigado con la pena única de prisión perpetua.
Ortiz es el hijo de la diputada prrovincial Marlene Carvallo y es el único que todavía no fue alojado en una celda, ya que permanece internado en un centro asistencial con un problema psiquiátrico.
En una extensa y bien fundada resolución, los tres camaristas analizaron todos los testimonios aportados por las defensas de los jóvenes y sólo le dieron crédito a los que aportó la abogada Teresa Gómez de Roth, la defensora de Pedro Dos Santos, cuyo procesamirnto fue rebocado.
Testigos convincentes
Al respecto señalaron que el muchacho no formaba parte del grupo y la noche del crimen nadie lo vio salir del humilde barrio Lombardi, donde reside. Los testigos dijeron que tampoco vieron ingresar algún auto nuevo.
En base a los testimonios se estableció que Dos Santos no solía frecuentar la zona céntrica de Oberá y tampoco conocía a los demás imputados.
Para los jueces, en los demás testimonios existen numerosas contradicciones, no resultan creíbles y por ende fueron desestimados.
La resolución fue firmada por los camaristas poco después de las 12.00 de ayer y en horas de la tarde comenzaron a ser notificados los defensores e imputados.
Cabe señalar que en esta instancia del proceso judicial, los jueces no necesitan tener certeza sobre la autoría del hecho por parte de los detenidos. Los indicios son suficientes para mantener tras las rejas a los imputados, al menos hasta que el ceso sea ventilado en un juicio oral y público.
Al igual que en el procesamiento dictado por Alarcón, los camaristas basaron su resolución en las declaraciones de Rubén Oscar Schming, quien sostuvo que estuvo junto a los otros imputados en la casa de la víctima, pero que no participó del homicidio ya que actuó como «campana».
El expediente retornará hoy al Juzgado de Instrucción 2 para que continúe la investigación. Es que todavía quedan demasiados puntos oscuros por esclarecer.
Entre otras cosas, queda pendiente el resultado del examen de ADN que el juez Alarcón ordenó realizar sobre los restos de fosfatasa prostática hallada en el cuerpo de la víctima, lo cual prueba que mantuvo relaciones sexuales con sus victimarios o fue violada poco antes del crimen.
Un homicidio brutal
De acuerdo con la reconstrucción del homicidio que logró realizar el juez de Instrucción Horacio Heriberto Alarcón, en la noche del 17 de abril pasado, Matías Ortiz junto a Rubén Schming, Pedro Dos Santos, Gabriel Pietrowski, Daniel «Chaparro» Núñez y otro joven llegaron hasta la casa de la víctima alrededor de las 20.30.
El grupo se movilizaba en el Ford Escort verde de Ortiz. Cuando llegaron a la intersección de las calles Italia y México, vieron que estaba estacionado un Volkswagen Gol rojo y decidieron esperar.
Cuando las hermanas de María Elena «Marilín» Bárbaro partieron, los jóvenes ingresaron por una puerta lateral sin ejercer violencia y se encontraron con la víctima limpiando su casa.
El crimen, según los forenses, ocurrió entre las 20.00 y la medianoche del sábado 17 de abril.
En su declaración Rubén Schming dijo que el grupo actuó bajo los efectos de drogas y los peritos hallaron vestigios de marihuana en dos de ellos.
Tras golpear con violencia a la mujer, que padecía una discapacidad motora, la arrastraron hasta un sótano, donde la enterraron a unos 70 centímetros de profundidad.
Los asesinos se llevaron el auto de la mujer, con el que pasearon durante toda la noche y luego lo abandonaron a unas 25 cuadras de su casa.
El cuerpo fue encontrado tres días después.
Casi tres años después, la Justicia Federal reconstruyó ayer la muerte de dos gendarmes
