Una ecuación compleja para el básquet misionero

Mientras los clubes buscan la manera de poder mantener sus estructuras deportivas y continuar con la formación de jóvenes valores, los árbitros misioneros reciben casi 30 mil dólares por dirigir los partidos en el medio local. Una cifra para nada despreciable y que obliga a analizar la racionalidad con la que se distribuye el dinero en el básquet El básquet misionero pretende transitar una etapa de crecimiento y despegue, por lo menos eso es lo que han demostrado como intención ciertas actitudes tanto de la dirigencia, como de parte de los jugadores, principales interesados en que la disciplina recobre parte del brillo perdido en la provincia. Para que ello ocurra se necesitan varios factores, entre ellos el económico no es un tema menor. Por eso, cada vez que se analiza la problemática basquetbolística, es imposible soslayar este aspecto. Otro factor clave en el crecimiento está dado en la respuesta que se pueda obtener desde aquellos sectores directamente involucrados en el asunto. Así el público, los sponsors, la prensa y los árbitros deberán cumplir un factor de trascendental importancia en la evolución de la especialidad. Justamente sobre este último protagonista de la historia (los árbitros), nos referiremos en este informe. ¿Son los árbitros factores de trascendencia dentro de la competencia? Sin lugar a dudas. ¿Cumplen su función de impartir justicia deportiva con acierto? Eso ya es más discutible. ¿Constituyen el único rubro profesional de esta historia? Bueno, esto será lo que intentaremos descifrar. MUCHO TRABAJO Con el despegue del básquet en la provincia los hombres del pito también comenzaron a vivir el despegue en carne propia, sobre todo gracias a la gran cantidad de partidos que tuvieron y que aún tienen por dirigir. Así, gracias a la proliferación de la competencia, los árbitros comenzaron a tener más y más trabajo. Y, con ello, más y más ingresos. Mientras todos los clubes, y esto lo han manifestado reiteradamente en las reuniones de la Liga Provincial, intentan bajar sus costos en cuanto al tema de los viajes y los traslados, los árbitros, y esto también lo han planteado en los encuentros, siempre buscaron defender su porción de ganancia. De esta forma lograron imponer una tarifa por partidos o encuentros que, luego de finalizado el torneo, se convierte en una suculenta suma de dinero. Por cada jornada de tres partidos en la Liga Provincial, los árbitros se llevan 140 pesos entre ambos. Esto quiere decir que cada sopla pito, por un día de trabajo, se queda con 70 pesos netos. Es cierto, esto no es una cifra como para volverse locos, pero hay que tener en cuenta dos cuestiones. Primero, el necesario ajuste económico que vienen realizando los clubes para poder continuar en la contienda deportiva y así proseguir con la formación de sus jóvenes promesas. Y la otra, quizá fundamental para comprender precios y valores, es analizar la capacidad técnica y el nivel de los árbitros que pitan en nuestra provincia. NIVEL En este sentido las opiniones están bastante repartidas. Mientras unos creen que los árbitros no influyen en los resultados, para otros el nivel local es bastante magro y deja mucho que desear. En consecuencia la ecuación debería ser: es racional el costo de arbitrajes según el nivel que estos tienen. La verdad parece ser que no y, para muestra, sobran dos botones. El primero lo encontramos en la visita del árbitro chaqueño Pablo Burich, quizá el mejor del referato en la región, quién en ocasión de la victoria de Mitre ante Española de Charata dio una cátedra de cómo arbitrar un partido caliente y en el cual se jugaban muchas cosas. El otro botón lo encuentran los seleccionados misioneros de todas las categorías que cada vez que salen a competir fuera de la provincia reciben el juego fuerte de parte de sus rivales. Juego fuerte que ellos no practican en el medio local, porque aquí no se permite ya que se suele pitar más de la cuenta y, por lo tanto, mal. Así las cosas, los cerca de once mil dólares que se llevarán por los cuatro meses de competencia en la Liga Provincial, o los cinco mil que recibirán por el torneo de la Asociación Posadeña, suenan más que exagerados para un básquet que recién está en despegue y que necesita mayor nivel en todos sus artistas. Esto no es nada, todavía faltan disputarse los certámenes de primera y sub-15 a nivel provincial y el Clausura en el ámbito posadeño, por lo que, al finalizar la temporada, entre los siete árbitros que dirigen en el medio embolsarían casi 30 mil billetes de la moneda estadounidense. Y eso, lo pagan los clubes de Misiones.

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