Creando a Maradona: Pobreza y carne barata, las claves para tener futbolistas de elite, según científicos

Un documento de trabajo publicado por la Red Nacional de Investigadores  en Economía establece una correlación entre consumo de carne, pobreza y fútbol. El trabajo firmado por los economistas Martín Rossi y Christian Ruzzier se convirtió en unos de los papers científicos más descargados del mundo.

Desde que la pelota comenzó a rodar en Qatar, el fútbol acapara la atención de todos, incluso en el campo científico. Al punto que un paper publicado en julio por Martín Rossi y Christian Ruzzier, ambos docentes e investigadores del área de la economía en la Universidad de San Andrés se convirtió en uno de los trabajos más consultados en todo el mundo.

El trabajo titulado “Making a Maradona: Meat Consumption and Soccer Prowess” (Creando a Maradona: Consumo de carne y habilidades futbolísticas) además de cometer el pecado de llamar soccer al fútbol, intenta descubrir cuáles son los factores que determinan que en un territorio determinado (país o región) salgan más cracks que en otros.

Al buscar qué tienen en común los lugares desde los que salen la mayor cantidad de jugadores que llegan a la elite del fútbol mundial, lo primero que encontraron los investigadores son niveles de pobreza relativamente altos, pero observaron que no todos los países pobres tienen la capacidad de generar futbolistas.

Los economistas descubrieron una segunda característica que comparten los territorios desde los que salen los buenos jugadores: en todos ellos los niveles de consumo de carne son relativamente altos y los precios de ese alimento son relativamente bajos.

 

Los economistas consideran que los bajos niveles socioeconómicos hacen que el costo de oportunidad que implica intentar una carrera profesional en fútbol sean relativamente bajos para amplios sectores de la población.

El concepto de costo de oportunidad aplicado a la elección de una carrera indica que mientras más posibilidades tenga una persona de desarrollarse en un campo laboral con altas probabilidades de éxito profesional (al estudiar una carrera universitaria con salida laboral garantizada por ejemplo) menor será el incentivo que va a tener esa misma persona para intentar una carrera con muy baja posibilidad de éxito, como el fútbol, carrera que millones intentan pero muy pocos llegan.

Mientras que, siempre según la mirada de estos dos científicos, la disponibilidad de carne a precio relativamente bajo permite que los sectores humildes de la población de estos países tengan una nutrición más rica en proteína animal que sus pares de otros lugares del mundo, lo que tendría implicancias en el desarrollo psicofísico que posibilitarían un mejor desempeño futbolístico.

“We posit that the combination of relatively cheap meat and low opportunity costs of engaging in a career in professional soccer can explain the association between meat consumption, low socioeconomic status (SES), and soccer prowess. Being raised in a country where meat is relatively cheap implies that, even if poor, individuals have easier access to a high-quality diet, crucial for the development of the brain, in general, and of the cognitive skills required to excel in soccer, in particular. Being relatively poor, on the other hand, means that the opportunity cost of pursuing a career in professional soccer is relatively low (see Rossi and Ruzzier, 2018, for related evidence and a model of career choices)”, señala el paper.

(“Postulamos que la combinación de carne relativamente barata y bajo costo de oportunidad de llevar adelante una carrera profesional en fútbol puede explicar la asociación entre  consumo de carne, bajos estándares socioeconómicos y habilidades en fútbol. Crecer en un país donde la carne es relativamente barata implica que, aunque sean pobres, individuos tienen un acceso más fácil a una dieta de alta calidad, crucial para el desarrollo del cerebro y de habilidades necesarias para destacarse en el fútbol. Por otro lado, ser relativamente pobre implica que el costo de oportunidad se intentar una carrera como futbolista profesional es relativamente baja”), según la traducción periodista que suscribe.

En el resumen del trabajo presentado, los investigadores aseguran que consiguieron acumular evidencia cuantitativa de una robusta correlación entre el consumo de carne y el talento en el fútbol, medido por el número de jugadores nominados para el balón de oro entre 2016 y 2019 en el que se toma en cuenta la riqueza, talla e interés en fútbol.

Luego analizaron la historia de cada jugador a nivel individual tomando en cuenta dos dimensiones, el nivel socioeconómico de sus familias y el consumo de carne y gracias a ese trabajo lograron determinar que una porción desproporcionada de los más talentosos jugadores viene de hogares en países con mayor índice de consumo de carne.

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