Uno de los procesados pidió declarar y se desligó del doble crimen en Aristóbulo del Valle

Orlando C. (21), procesado por el doble homicidio de Daniel Ferrari (62) y Regina Martins Da Rocha (57), prestó declaración indagatoria ayer en el Juzgado de Instrucción Dos de Oberá. El joven, que en primera instancia se había abstenido de declarar, tratando de desligarse del crimen.

En el mismo caso, también está procesado con prisión preventiva Gonzalo Omar Z. (24), sobrino de Ferrari, quien solicitó declarar y lo haría durante esta semana. Cabe destacar que Renso V. (26) fue excarcelado al determinarse que solo actuó como remisero.

Según la reconstrucción de los hechos, el crimen se perpetró alrededor de las siete de la mañana del 2 de febrero. Daniel Ferrari mantuvo una acalorada discusión con su sobrino, siendo luego asesinado a golpes de puño. Regina Martins Da Rocha, por su parte, se despertó por los ruidos provenientes de la vivienda de Ferrari, se acercó y fue asesinada para no dejar testigos.

Los detenidos fueron identificados como Gonzalo Omar Z. (24), sobrino de Ferrari; Renso V. (26); y Orlando C. (21). Los tres fueron trasladados al Juzgado de Instrucción en Oberá para declarar ante el magistrado Horacio Alarcón. Solo el mayor de ellos, acompañado por su abogada, decidió dar su versión y desligarse del hecho. Orlando C. contó que es misionero y estudiante de medicina en Santo Tomé, provincia de Corrientes.

Orlando C. explicó que es propietario del Fiat Uno en el que se movilizaron el pasado 2 de febrero, ahora bajo custodia judicial. Utiliza el vehículo para trabajar como taxista y así pagar sus estudios. Afirmó que conoce al sobrino de Ferrari porque este lo contrató días antes para viajar desde Santo Tomé hasta Misiones y luego encontrarse con su tío en Aristóbulo del Valle, con el objetivo de buscar un 08 de una propiedad.

Relató que el 2 de febrero, Gonzalo Omar Z. y Orlando C. descendieron del taxi en la propiedad de Ferrari mientras él los esperaba a unos 500 o 600 metros del lugar. Pasadas algunas horas, Gonzalo Omar Z. lo contactó para que los recogiera y regresaran a Corrientes. Orlando C. aseguró que no notó nada sospechoso ni escuchó a los hombres hablar sobre lo que hicieron en la propiedad.

Al día siguiente, Orlando C. se dirigió a la casa de Gonzalo Omar Z. para cobrar el dinero que le debían por el viaje, pero la madre del joven le informó que su hijo había sido detenido por la Policía. Casi 24 horas después, Orlando C. fue demorado y su auto secuestrado.

 

El pesado antecedente de uno de los detenidos

Por el doble crimen en Aristóbulo del Valle, la investigación policial derivó en la detención de tres sujetos, de 21, 24 y 26 años, respectivamente. Lo novedoso es que, el primero de ellos, se haya ligado a un asesinato perpetrado el pasado domingo 21 de mayo en la ciudad correntina de Santo Tomé.

Se trata de Orlando C. (21). El joven fue imputado por encubrir el homicidio de Emmanuel Lencina (30), quien fue asesinado a puñaladas en el barrio Cementerio de la ciudad fronteriza de Santo Tomé, en mayo pasado.

Lo que se reconstruyó de aquel asesinato es que presuntamente se trató de un encargo que salió mal en la madrugada del domingo 21 de mayo. La rápida acción policial logró que por el homicidio haya tres acusados, uno de ellos menor de edad, que luego fue liberado.

También, se incautó el arma utilizada en el crimen. La investigación puso bajo la lupa a una mujer que regentearía un “kiosco narco” y que habría dado la orden de “asustar” a la víctima por supuestas deudas.

Todo habría sucedido alrededor de las 3:30, en inmediaciones de las calles Ángel Blanco y Escalada, donde según indicaron fuentes del caso se encontraban tres sujetos, Olivera de 19 años, Orlando C. de 18 y un menor de 17 años, cuyos datos no trascendieron. Se hallaban frente a una casa, en la que testigos señalan se comercializa estupefacientes y era regenteado por una mujer de nombre Karina.

Al parecer, hubo una conversación entre la mujer y los tres sujetos en donde esta le habría encargado un favor. Debían darle un susto a Lencinas, de 30 años, porque supuestamente le debía dinero.

Minutos más tarde, los tres jóvenes ven pasar a Lencina, quien se dirigía con un vino hasta donde estaba su hermano, a pocos metros. Comienzan a increparlo y cuando el entredicho fue subiendo de tono, Olivera habría sacado un cuchillo de su cintura y largó un primer puntazo que hirió a Lencina en el brazo izquierdo. La víctima se vio sorprendida y se torció hacia un costado para tomar su brazo herido y recibió el segundo cuchillazo que atravesó tórax, corazón y pulmón, dañando todo a su paso.

La víctima comenzó a correr algunos metros, llamando a su hermano y gritando, según testigos: “Hermano, hermano, me hincaron el corazón, me muero”. Incrédulo de lo que decía, el familiar de la víctima se acercó y notó la herida mortal. Ya no podía hacer nada por el hombre, quien cayó desvanecido.

Al lugar llegaron de inmediato efectivos de la comisaría Segunda de aquella localidad y una ambulancia que trasladó con urgencia al herido. Pese a los esfuerzos médicos, Lencina llegó sin vida al nosocomio.

A partir de allí, la Policía implementó un operativo de rastrillaje. Increíblemente, los sospechosos volvieron a la escena del crimen y al ver a la Policía uno de ellos, el menor, saltó el muro del cementerio y escapó. Los otros dos, Olivera y Orlando C., subieron a una moto 110 cc, y huyeron. Durante más de 15 minutos los persiguió la Policía, incluso siendo amenazados con un arma de fuego por uno de los fugitivos.

Finalmente, en una maniobra terminaron derrapando y cayendo al asfalto. Orlando C. huyó a pie, mientras que Olivera se metió en la casa de un vecino y se atrincheró en el baño. Unos minutos más tarde se entregó y junto con él, la Policía obtuvo el puñal con el que se dio muerte a Lencina. Todavía tenía huellas de su sangre.

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