“Me quitaron un hijo, Mauri vivía feliz con su moto que se había comprado”, lamentó la madre del motociclista atropellado por un colectivero en Garupá

Aún con el dolor inmenso de haber perdido un hijo, Rosa, madre del motociclista atropellado, pidió que el conductor de colectivo que chocó y mató a Mauricio Barrientps quede tras las rejas ya que “le arrebató la vida a un joven que tenía proyectos”.  La víctima tenía 27 años. 

De acuerdo a lo que relató su madre, Mauricio o más conocido como “Mango” por sus amigos, estaba yendo hacia su jornada laboral en Posadas. Sin embargo, un colectivo de la empresa Águila Dorada lo embistió de atrás mientras esperaba el semáforo y murió en el acto. 

Oriundo de Garupá, Maurcioo tenía 27 años y cientos de proyectos por realizar según su mamá. “Él estaba feliz. Se había comprado la moto hace muy poco tiempo y se cuidaba mucho”, contó angustiada.

«Mango» tenía 27 años

La reconstrucción de los hechos indica que, por causas que son peritadas, un colectivo de media distancia colisionó con una moto Zanella ZB, cuyo conductor del rodado menor falleció en el lugar a raíz de las lesiones sufridas.

“El conductor del colectivo no fue ni siquiera capaz de bajarse y ver qué pasó con mi hijo. Lo dejó ahí como un perro”, relató Rosa, madre de Mauricio. Añadió “Mauri estaba yendo a trabajar hasta Noziglia Equipamientos, se había levantado temprano como siempre para alistarse e ir hasta Posadas”, dijo. 

Estoy re mal. Me destruyó la vida, me sacó un hijo. Esa persona debe pagar lo que hizo. No puede ser que salga libre. Mi hijo se iba a trabajar como todos los días, siempre cumplía su obligación. Estaba esperando el semáforo en rojo y esa persona viene a tanta velocidad, sin respetar nada, como si fuera un animal, le lleva puesto y le termina matando”, relató entre lágrimas la angustiada madre.

Rosa describió a su hijo como un excelente trabajador y una gran persona querida por todos. “No hay palabras para explicar lo que él era. Todo el mundo le conocía, tenía tantos amigos, tantos seres queridos que lo necesitaban. Él colaboraba con todos, no tenía problema en nada. Y ahora me he quedado sin un hijo”, lamentó desconsolada.

La mujer exigió que se haga justicia y que el responsable no quede impune. “Esa persona debe pagar lo que hizo. No puede ser que siga manejando y vuelva a matar a otra persona porque no tiene corazón”, enfatizó con firmeza.

Según Rosa, tras el siniestro fatal el conductor del colectivo nunca se detuvo ni auxilió a la víctima. “No tenía un maldito corazón de venir a ver qué atropelló, qué mató, a quién le pisó. Lo dejó tirado ahí, a esa personita tan buena, y ni siquiera vino a explicar qué es lo que hizo”, denunció entre lágrimas la madre.

La mujer también apuntó contra la empresa Águila Dorada al asegurar que sus unidades son antiguas y tienen fallas mecánicas. “Por más que el colectivo no andaba bien, por más que esa empresa siempre fue irresponsable con esos colectivos viejos que tienen problemas, a mí no me importa. Pero una persona no puede venir a alta velocidad sabiendo que el vehículo no está en condiciones”, sentenció.

“La empresa ni se acercó, ni siquiera llamó, no les importó nada. Y ahora queda claro, están en quiebra porque les conviene, porque mataron a una persona. Igual que los choferes irresponsables como la propia empresa, tiene que haber justicia”, exigió Rosa, advirtiendo que no descansará hasta que se haga justicia por su hijo.

“Yo acá estoy firme, luchando y así voy a estar. No me importa el dolor que tenga, por él voy a luchar porque en este momento me está diciendo ‘mamá, no fue mi culpa, yo estaba actuando bien’ Y es cierto, cuántas veces volvió tarde y nunca le pasó nada. Ahora que estaba siendo responsable, respetando el semáforo, viene esa persona y le lleva puesto” afirmó la madre con entereza.

Rosa aseguró que recordará a su hijo Mauricio con una sonrisa, como la persona alegre, simpática y querida por todos que era. “Siempre se le va a recordar sonriente, con todo el mundo, no tenía enemigos, solo amigos. Siempre jugando, disfrutando, con los compinches. Él era compañero, feliz, una persona excelente. No tenía ni un defecto. Miles de personas pueden decir eso y fueron a despedirse porque todos le querían, concluyó. 

 

 

motociclista atropellado por un colectivero en Garupá

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