Misiones aborda la prevención del suicidio desde un trabajo interministerial e insta a la comunidad a involucrarse en la temática

Nicolás Aranda, director provincial de Salud Mental, destacó el alarmante aumento de suicidios en la franja etaria de los 15 a 35 años, por lo que instan a un mayor involucramiento comunitario para abordar este problema. En esta línea, señaló que las redes sociales, el bullying y la violencia intrafamiliar son algunos de los factores que exacerban la sensación de angustia entre los jóvenes.

El director de Salud Mental del Ministerio de Salúd Pública de Misiones, expresó preocupación por el notable aumento de casos de suicidio en la provincia, especialmente entre los jóvenes.

Indicó que el discurso del gobernador Hugo Passalacqua sobre la importancia de la salud mental ha provocado un renovado enfoque en la agenda pública. “Cuando se instala de esta forma en la agenda de la gestión pública, genera otro tipo de movimiento”, declaró. Dicho cambio viene en respuesta a una preocupante tendencia que no solo se observa localmente, sino también a nivel latinoamericano, donde la franja más afectada por este flagelo parece ser la juventud, de los 15 a los 35 años.

El director explicó la gravedad de la situación y la necesidad de intervenir. “La población joven es la que nos preocupa, porque los números que manejamos y la tendencia latinoamericana van por ese lado”, afirmó. Según Aranda, aunque se presentan casos en todas las edades, estadísticamente los jóvenes son los más vulnerables.

La dirección provincial de Salud Mental ha estado trabajando en estrategias de intervención y apoyo, tanto para prevenir como para acompañar el dolor de las familias. “Lo que hacemos es cruzar información y a través de servicios de salud mental locales contactamos a las familias afectadas, ofreciendo un lugar de escucha y acompañamiento en el duelo”, señaló Aranda.

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Acerca de la discusión pública del tema, Aranda lamentó que todavía exista cierto temor a hablar de suicidio. “Creo que hay cierto temor a la hora de hablar. Es un tema difícil porque nos confronta con cuestiones que muchas veces no tenemos cómo explicar”.

A raíz a de estas circunstancias, desde su área intensificaron sus esfuerzos en educación y prevención, a través del diálogo con todas las partes interesadas para mejorar la respuesta comunitaria a este problema. “Hablamos con Educación, con la Defensoría de Niños y Adolescentes, o sea, con todos los actores que suelen intervenir en estas cuestiones”, aseguró el director.

Y completó: “Y también proponer lo que nosotros llamamos la corresponsabilidad, porque desde el Estado brindamos todo lo que tenemos para brindar, pero nosotros creemos firmemente que la comunidad se tiene que involucrar en la temática y tener participación”.

 En este sentido, puso en valor actividades como los talleres de orientación vocacional que colaboran para que los jóvenes planeen su futuro a través del interés por una profesión.

Respecto al motivo que lleva a los jóvenes a tomar la fatídica decisión, Aranda reveló que trabajaron con quienes han padecido un intento de quitarse la vida con la denominada autopsia psicológica, aunque aclaró que es sumamente conjetural.

Los datos obtenidos de los psicólogos que atienden urgencias a estos jóvenes, muestran “una angustia muy grande por distintos motivos” y creen que “la solución es hacerse daño de alguna forma o terminar de alguna forma con esa angustia”, reveló.

 

Factores de riesgo que llevan a la trágica decisión

La influencia negativa de las redes sociales en la salud mental de los jóvenes es uno de los factores que afectan, debido a que las plataformas pueden generar constantes sentimientos de frustración y descontento con uno mismo. “Las redes sociales están buenísimas para un montón de cosas. Pero también lo que venden las redes sociales a nivel imagen es a veces esta cuestión que es muy difícil, que no es para todos poder llegar a alcanzar eso”, consideró.

Otros factores de riesgo asociados al suicidio incluyen experiencias de violencia como el bullying, abuso intrafamiliar, y el consumo de sustancias, puntualizó.

De esta manera, Aranda hizo un llamado a la comunidad para aumentar la participación en la prevención del suicidio, especialmente en contextos urbanos donde las conexiones sociales pueden ser más débiles. “El ritmo de trabajo es muy distinto también. No tiene ciertas flexibilidades que tiene por ahí en una comunidad más chica. Entonces eso hace que por ahí las personas se sientan más solas también”, enfatizó.

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