Dengue y cambio climático: cómo impacta el daño ambiental en la proliferación de enfermedades

La creciente preocupación por el calentamiento global y sus efectos se intensifica al observar cómo la temperatura en el planeta influye en la propagación de enfermedades. Un claro ejemplo es el dengue, cuya incidencia se disparó debido al aumento de eventos climáticos extremos y al alargamiento de la temporada de reproducción del mosquito vector, el Aedes aegypti.

El dengue, junto con otras enfermedades como el zika, el chikungunya y la fiebre amarilla, encontraron en el cambio climático un aliado para su expansión. Antes relegado a ciertas zonas tropicales, este virus mortal ahora se aventura en territorios que antes eran inmunes a su propagación. La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que cerca de la mitad de la población mundial corre el riesgo de contraerlo, con 400 millones de infecciones anuales.

El panorama se torna aún más alarmante al conocer que el dengue está ganando terreno en regiones antes consideradas seguras, incluso en Europa. En Francia, Croacia, Portugal, España e Italia se reportaron casos de transmisión local, marcando un hito preocupante en la expansión geográfica de la enfermedad.

El informe de la revista Nature revela que el año 2023 registró más de tres millones de casos de dengue solo en las Américas, posicionándose como el año con la segunda incidencia anual más alta desde 1980. Estas cifras alarmantes encuentran su raíz en el cambio climático, que prolonga las temporadas de dengue y facilita su propagación.

Los científicos advierten que las altas temperaturas y los cambios en los patrones de lluvias proporcionan un entorno propicio para el aumento del dengue. La OMS, en consonancia, señala que las tasas de esta enfermedad se multiplicó por ocho desde el año 2000, alcanzando los 4,2 millones de casos en 2022.

Al respecto, Fabricio Tejerina, biólogo y director de vigilancia y control de vectores de Posadas, compartió sus perspectivas sobre esta problemática. En ese sentido señaló que Misiones es  históricamente una zona propensa al dengue debido a factores climáticos, pero la magnitud de los brotes actuales es preocupante.

En cuanto a las causas de esta expansión, Tejerina enfatizó el papel del cambio climático. «Uno de los factores que están influyendo en esta expansión de la enfermedad es el cambio climático y el cambio en las condiciones de temperatura», afirmó. Explicó que el aumento de las temperaturas y la modificación de los ciclos de luz y oscuridad favorecen la proliferación del mosquito transmisor.

El experto advirtió que el cambio climático está provocando una distribución geográfica diferente del dengue, llegando a regiones antes no afectadas. Además, resaltó la importancia de la colaboración internacional y la implementación de políticas activas para contener la propagación de la enfermedad.

El dengue en Argentina

 

Durante el año 2024, Argentina enfrentó un desafiante adelanto en la propagación del dengue, una infección viral transmitida por mosquitos del género Aedes. En contraste con los años anteriores, donde los brotes epidémicos solían manifestarse a partir de febrero, esta vez el aumento de casos se inició de forma acelerada ya en diciembre, especialmente en la región del Noreste del país.

La situación epidemiológica se intensificó durante la primera semana de febrero. Mientras que en el Noreste se observaba un descenso en la curva de contagios, la región Centro, experimentó un preocupante incremento del 61% en comparación con la semana anterior, según datos del Ministerio de Salud de la Nación.

En la Ciudad de Buenos Aires, se reportaron 713 casos de dengue, de los cuales 81 fueron autóctonos, evidenciando la propagación local del virus. Por su parte, en la región del Noroeste, que comprende provincias como Salta, Jujuy y Tucumán, se registró un aumento del 100% en los casos, subrayando la amplitud geográfica del problema.

La gravedad de la situación también se reflejó en el número de fallecimientos reportados durante la primera semana de febrero, con un total de 6 muertes, incluyendo una persona de la provincia de Buenos Aires. Desde fines de julio del año anterior hasta las primeras seis semanas de 2024, se contabilizaron 35 muertes relacionadas con el dengue.

La propagación del virus no se limita únicamente a Argentina, sino que también afecta a otros países de América, según advirtió la Organización Panamericana de la Salud (OPS). En el último boletín epidemiológico, se informó que desde la última semana de octubre hasta la sexta semana de 2024, se registraron 48,366 casos de dengue en Argentina, de los cuales 44,755 fueron autóctonos y 2,204 importados.

Esta situación generó una incidencia acumulada a nivel nacional de 104 casos por cada cien mil habitantes, un aumento significativo en comparación con el mismo período del año anterior, cuando la incidencia era considerablemente menor. Los expertos del Ministerio de Salud destacan la persistencia de casos durante toda la temporada 2023/2024, incluyendo el invierno, rompiendo con la tendencia histórica de disminución de casos durante esa época del año. Esta evolución plantea nuevos desafíos para el control y prevención del dengue en el país.

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