La CGT convocó a un paro nacional para el 24 de enero

La Central General de los Trabajadores (CGT) convocó a un paro general nacional para el 24 de enero en protesta al Gobierno de Javier Milei y las recientes medidas como el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) de desregulación de la economía y la Ley ómnibus enviada al Congreso de la Nación.

La conducción de la CGT comenzó esta tarde a debatir la estrategia más eficaz para enfrentar el contenido del DNU de Javier Milei que perjudica los intereses sindicales. Al encuentro llegan los distintos sectores con reclamos del lanzamiento inmediato de un paro nacional. Una frase del camionero Pablo Moyano, pareció desalentar la posibilidad de que se active una medida de fuerza, pero en las últimas horas las consultas entre los distintos sectores alentaron la posibilidad de huelga.

“Hay que instalar un plan de lucha. En enero y febrero los laburantes se toman vacaciones. Entonces tomar una medida en ese momento no tiene mucho valor. Pero sí ir movilizando con actos, plenarios, en las regionales del interior, y que en cada provincia visiten a sus diputados y senadores para que después no voten leyes contra los derechos de los trabajadores. Alerta y movilización sí”, afirmó el sindicalista, uno de los “halcones” de la constelación sindical.

La definición es clave porque las dos CTA, con las que compartió la CGT la protesta de ayer frente al Palacio de Justicia, eran los principales impulsores de un paro general. También lo propone desde el seno cegetista Omar Maturano, de los maquinistas de La Fraternidad. Y Sergio Palazzo, del gremio bancario. Los más duros son los más afectados por las medidas anunciadas por Milei con su DNU y con la “ley ómnibus”. Los estatales y los empleados de servicios públicos y los bancos públicos presionan por una confrontación más dura con el gobierno nacional.

Si bien la reunión del Comité Central Confederal se había convocado al mediodía, recién a las 14 estaban presentes la mayoría de las autoridades gremiales y los representantes de los sindicatos principales. Los primeros en llegar fueron Hugo y Pablo Moyano, que ese uno de los secretarios generales de la CGT, y luego sus colegas Héctor Daer y Carlos Acuña. También Palazzo y Mario “Paco” Manrique, de la poderosa SMATA, y el resto de los integrantes.

El secretario de Prensa de la CGT, Jorge Sola, confirmó antes de ingresar al encuentro en la sede histórica de Azopardo, que desde ayer se multiplicaron las reuniones entre los sindicatos para tener una posición común y de consenso.

 

Más allá del juego propio que tuvo el mercantil Armando Cavalieri -que se reunió con la ministra Sandra Pettovello en momentos en que la CGT protestaba en la calle- los “Gordos” Héctor Daer (Sanidad), Gerardo Martínez (UOCRA) y Moyano están alineados en una jugada múltiple: tratar de que la Justicia voltee el DNU de Milei o intentar que lo haga el Congreso mientras negocia reservadamente con el Gobierno aclaraciones en materia laboral que neutralicen los efectos negativos en las cuotas solidarias y la ultraactividad de los convenios.

“Nuestro plan es bajar el DNU y no tenemos Plan B”, admitió a Infobae un jefe cegetista. Por eso, además de insistir en la cautelar para frenar la norma (rechazada ayer por un juez laboral debido a que el decreto de Milei aún no está vigente) y de mostrar los dientes con amenazas de planes de lucha, la CGT buscará sumar más apoyos en el Congreso contra el DNU: tras reunirse con diputados y senadores de Unión por la Patria, quiere ver a legisladores de la UCR y gobernadores de Juntos por el Cambio que imagina como aliados.

Un gremialista curtido en mil batallas reconoció en voz baja que el gobierno libertario fue “astuto” en apuntarle a las cuotas solidarias para presionar a todo el poder sindical y buscar un aval a propuestas que Milei considera centrales para crear empleo, como las nuevas indemnizaciones: “Esto lo hizo alguien que sabe cómo es la estructura sindical y por eso fueron a buscar nuestra caja”, dijo.

La cúpula de la CGT, dialoguista y moderada, quedó atrapada en un laberinto demasiado intrincado. Desde antes de la asunción de Milei negociaba en secreto con Guillermo Francos, actual ministro del Interior, y había recibido garantías de que la reforma laboral iba a ser módica e inofensiva para el sindicalismo. “A la CGT le aseguraron que no iban a tocar las cláusulas de los convenios, pero hubo un cortocircuito y finalmente ese punto apareció en el DNU”, reveló alguien que conoce del tema.

 


FUENTE: Infobae.

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