Ernesto Seidel, despachante de Aduana, analizó las implicaciones del reciente Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) que ha despertado considerable atención en el ámbito de las importaciones. Seidel abrodó las transformaciones propuestas y sus posibles repercusiones.
Ernesto Seidel – República
Tras conocerse el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU), Ernesto Seidel, despachante de Aduana, ofrece una visión exhaustiva sobre el impacto en el panorama comercial. En este contexto, Seidel explicó los aspectos clave de este cambio normativo, destacando los principales enfoques.
Se refirió al DNU, que amplía la libertad de importar permitiendo que cualquier individuo o entidad gestione el despacho y la destinación de mercaderías. Por otro lado, mencionó una nueva resolución que establece el sistema estadístico de importaciones, conocido como SEDI, recientemente implementado.
“A partir de ahora cualquier persona humana o jurídica puede gestionar el despacho y la destinación de mercadería, ya sea por sí o a través de otra persona. Eso abre la posibilidad para que cualquiera pueda realizar importaciones, con lo bueno y malo que eso puede significar”, dijo.
La apertura a la importación, según Seidel, implica tanto aspectos positivos como desafíos. A partir de esta normativa, cualquier persona podrá llevar a cabo importaciones, lo cual podría tener implicaciones tanto beneficiosas como problemáticas.
Además, destacó cambios hacia un intercambio electrónico de información en el proceso aduanero, una medida que considera favorable. En este sentido, agregó que “el manejo más de la informática o de la cuestión digital en todo lo que es la declaración y las intervenciones con organismos, a mí me parece muy bueno”.
Por otro lado, explicó que, a pesar de las nuevas disposiciones, el sistema continúa solicitando la participación de despachantes en las declaraciones de importación. También señaló que estos cambios requerirían modificaciones importantes en los sistemas informáticos utilizados en el proceso aduanero.
“En la década del 90 hubo un decreto similar que establecía la posibilidad de que los importadores y exportadores pudieran hacer las declaraciones y al final no prosperó. Es cierto que se abre el juego para que otros puedan participar, pero también es cierto que nuestra actividad es muy específica en conocimientos, necesitas saber de clasificación arancelaria, normativa aduanera. Tampoco es fácil y las empresas no sé si se van a querer meter en esa cuestión”, aclaró Seidel.
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En términos económicos, Seidel sugirió que la situación cambiante del tipo de cambio y las cuestiones pendientes, como los pagos al exterior, podrían afectar la conveniencia de las importaciones. “El tipo de cambio ya se fue de 360 a 800 pesos, entonces ya no sé cuán conveniente va a ser la importación. Y por otro lado, hay otra cuestión que es el pago al exterior que todavía no está resuelto”, añadió. Además, planteó la incógnita sobre si se considerará la conveniencia económica de las importaciones en un contexto de apertura irrestricta.
Seidel concluyó resaltando la transparencia y previsibilidad que podría traer este nuevo sistema, pero advirtió sobre la posible persistencia de problemas, especialmente en lo relacionado con los pagos al exterior. “Lo mejor de esto es la transparencia, parece un sistema más predecible, en el otro no sabíamos si nos iban a aprobar. Ahora parece como más predecible y queda pendiente la cuestión del pago que yo estimo que todavía todo este año, todo el 2024 va a transcurrir con algún problema”, finalizó.
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