Economía circular | Crean un mate sustentable hecho de yerba reciclada

Los emprendedores son dos amigos oriundos de Buenos Aires, Joaquín de Tomaso, de 30 años, y Tomás Zaragoza, de 23, quienes idearon un proyecto innovador a partir de uno de los productos más consumidos de Argentina.

La pregunta aparentemente casual de Joaquín, «¿Los desperdicios del mate se pueden usar?», se convirtió en el punto de partida para lo que hoy conocemos como Changüi, un mate sustentable y ecológico elaborado a partir del polvo de yerba reciclada.

El mate hecho con yerba reciclada
El mate hecho con yerba reciclada

Esta idea tomó forma en medio de los últimos meses de la pandemia, cuando el concepto de la economía circular estaba en pleno auge en Argentina y en el mundo. Inspirados por la necesidad de producir de manera sostenible, Joaquín y Tomás vieron en el mate argentino, una infusión icónica en el país, un camino por recorrer.

Según investigaciones realizadas por los emprendedores, Argentina produce más de 2 millones de kilos de yerba entre enero y octubre de cada año. Esta cifra, junto con el ejemplo de cafeteras de filtro que utilizaban los desperdicios del café, les dio la idea de aprovechar el polvo de yerba sobrante para la creación de mates sustentables.

La primera idea de Joaquín fue utilizar la yerba que quedaba en el mate después de ser consumida, pero se dieron cuenta de que este enfoque requeriría un proceso de secado que consumiría mucha energía. La solución surgió al preguntar a las fábricas de yerba si tenían desperdicios, y descubrieron que había un excedente de polvo de yerba que no podía superar el 35% por kilo debido a las regulaciones alimentarias.

Así comenzó el proceso que culminó en la creación de Changüi, un mate nacional y artesanal producido con materiales circulares, reutilizables y compostables. El nombre del producto refleja el concepto de dar una segunda oportunidad a los recursos.

La creación de este mate sostenible fue un proceso largo y arduo. Comenzaron de manera completamente artesanal en el departamento de la abuela de Joaquín, utilizando maquinaria a pequeña escala. Durante ocho meses, trabajaron con sus propios ahorros y experimentaron con diferentes enfoques hasta lograr el producto final. Luego de cinco o seis meses de esfuerzo, finalmente lanzaron el mate Changüi como su primer producto estrella.

El compromiso con la sostenibilidad también se refleja en el empaque del producto. En lugar de utilizar cajas desechables, optaron por tubos que pueden tener un segundo uso, como recipientes para guardar yerba, fomentando la reutilización de los materiales.

El proceso de elaboración del mate sustentable involucra la conversión del polvo de yerba en una especie de resina epoxy, que luego se compacta con calor y se deja secar durante 24 horas para formar el cuerpo del mate. A continuación, se pule y se graba la marca con láser, y se le agregan bases de madera de Paraíso, una especie reforestada de rápido crecimiento.

Joaquín de Tomaso y Tomás Zaragoza

Los fundadores de Changüi están enfocados en mantener un ciclo sustentable y basado en la economía circular en todas las etapas de producción. Destacan que el diseño del mate fue una parte crucial del proceso, con un aspecto que rinde homenaje a la colaboración y unidad que se vivió en 2020 durante la pandemia.

En cuanto a sus planes futuros, Joaquín y Tomás tienen la ambición de satisfacer la demanda internacional que han generado. Han recibido interés de compradores en Europa, Estados Unidos, Australia, Chile y Uruguay, aunque el costo del envío ha sido un desafío. Están trabajando en estrategias para posicionar sus mates en mercados internacionales y ampliar sus operaciones.

Changüi no solo representa una innovación en la forma en que disfrutamos el mate, sino que también demuestra cómo la creatividad y la sostenibilidad pueden unirse para transformar un producto tradicional en una opción más amigable con el medio ambiente.

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