Apóstoles celebra la batalla que en 1817 diseñó el suelo patrio para la Argentina de hoy

La localidad misionera de Apóstoles celebra a las 17 de este sábado los 205 años de la batalla librada en este pueblo guaranítico-guaraní contra los invasores del Imperio de Brasil.

El fruto de la victoria es considerado por destacados historiadores a la altura de las acciones militares y de montoneras que libraron Martín Miguel de Güemes en Salta y los próceres José de San Martín y Manuel Belgrano, además de Guillermo Brown, entre otros.

El triunfo de las tropas al mando del comandante Andrés Guacurarí preservó a Misiones de las ambiciones brasileñas de expansión e invasión de lo que hoy es la Argentina.

La conmemoración se realizará frente al monumento al General (post mortem) Andrés Guacurarí, en avenida 9 de Julio y Suipacha, sitio clave de la histórica batalla.

El historiador misionero José Francisco Machón, en coincidencia con Martín de Moussy, relató que el 2 de julio (de 1817) “los misioneros guaraníes con gran algazara saldrán al encuentro de los invasores enarbolando bandera encarnada, simbolizando que la guerra será total”.

El jefe brasileño Francisco Das Chagas Santos llegó a Apóstoles con una superioridad en hombres y armas, pese a lo cual se encontró con una heroica resistencia. El magister en Historia, mayor Miguel Domingo Escalante Galain, y otros historiadores coinciden que las fuerzas portuguesas contaban con obuses con los que intentaron quebrar a los guaraníes misioneros, antes de lanzar un ataque letal.

Chagas contaba con una fuerza de 500 hombres, incluyendo doscientos del regimiento de Santa Catalina con todos sus oficiales, luego de vadear el Uruguay en el paso de San Lucas.

A comienzos de la tarde la situación cambió porque Andresito, al frente de su caballería y a todo galope, chocó con el escuadrón del capitán José María Da Gamma. El comandante Guacurarí según este relato de Machón –tomado por un trabajo de la Escuela de Guerra de la Argentina- había esperado el momento justo con fuerzas en el Miriñay y en San José.

Con aporte del licenciado en Historia Esteban Snihur, la tesis desarrollada en las aulas del Ejército Argentino por el mayor Escalante Galain, se completó con más detalles del triunfo misionero. El autor comentó que Apóstoles está ubicada en el terreno más alto de la zona, con una visual que dominaba los caminos de Santo Tomé y Yapeyú al sur, San Carlos y San José al norte y hacia el río Uruguay.

Los caminos estaban señalados por huellas de carros, siendo además resbaladizos y blandos lo que hacía difícil desplazarse por ellos a pie o a caballo.

Con perspectiva de hombre de armas, el investigador Escalante Galain analizó que el agregado de la lluvia intensa del 2 de julio, dificultó el avance de la caballería, “y obligaron a la artillería o cañones de apoyo a mantenerse en las posiciones altas al otro lado del Cuñamanó”

Como contrapartida, luego de barrer a los portugueses de Apóstolos, a Andresito se le complicó la persecución de los derrotados en fuga hacia el Uruguay. Durante la batalla el poblado fue defendido por entre 600 y 700 aborígenes guaraníes y gauchos criollos, según el informe posterior de Chagas.

Al enfrentamiento central le siguió otro choque en San José, que resultó victorioso para los defensores liderados en esta batalla por Nicolás Aripi, oriundo de Apóstoles y con experiencia militar en el Regimiento de Granaderos a Caballo, y de todas las campañas de Andresito.

Los defensores de Apóstoles contaban con armas de fuego en manos de la infantería, apoyo de jinetes con lanzas en la caballería de la retaguardia. El analista militar señala que su táctica era retroceder ante el fuego nutrido y reagruparse de nuevo para sostener el ataque.

El núcleo militar de Chagas fue el Regimiento de Infantería de Santa Catalina, con 200 hombres; la caballería compuesta por dos escuadrones del Regimiento de Dragones del Río Pardo (con 120 jinetes); y el fuego de dos obuses traídos desde los pasos artillados del Uruguay. “Las demás tropas, en número de 180, estarían constituidas por milicias de frontera y por guaraníes de infantería”, agregó el investigador militar. En este caso los infantes eran usados como cazadores y guías por su conocimiento del terreno.

En síntesis, Chagas contaría con unos 500 hombres, comentó, y las tropas artiguistas con cerca de 300 defensores en Apóstoles. En una primera embestida, el comandante Francisco Das Chagas Santos logró entrar a los edificios de la iglesia, el patio del colegio y la zona del cementerio.

Andresito llegó entonces con su caballería y, siguiendo una táctica estudiada, rodeó a los brasileños. Hasta el propio brigadier Chagas resultó herido, tal fue la eficacia del ataque.
El repliegue portugués-brasileño comenzó en la tarde del día 2 y continuó en la madrugada del día 3, protegiendo su fuga con fuego de artillería que los investigadores llaman Cuñamanó. Andresito, ya con menos fuerzas, decidió no perseguir a los derrotados portugueses.

En el acto de este sábado entregarán las Distinciones Andresito a las personas e instituciones locales, designadas por el Concejo Deliberante y el Municipio desde 1991.
También habrá una actividad cultural con la presentación del Ballet Folclórico del Parque del Conocimiento, a cargo de Luis Marinoni, y del Ballet Municipal Andrés Guacurarí.

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