Analía Zacarías, de pedalear en el barrio Jardín de Posadas a ilusionarse con los Juegos Olímpicos

Integra el equipo argentino de BMX Freestyle y buscará clasificarse para la cita olímpica.  Para llegar a este presente tuvo que superar innumerables barreras. Vea lo que Analía contó ante cientos de jóvenes en el “Vamos a Zoomar” que se realizó en Posadas.

 

Los deportes de acción están en boga, y el Comité Olímpico Internacional (COI) lo ha confirmado, al incluir al BMX Freestyle como parte del programa de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Argentina tendrá su representante misionera en la etapa clasificatoria de este importante acontecimiento.

Analía Zacarías, competidora de élite de BMXF (bicicleta de maniobras extremas estilo libre) contó acerca de su presencia en Tokio 2020 en la reciente edición de Vamos a Zoomar realizada en Posadas, el pasado 22 de mayo. Pero antes de comunicar la auspiciosa noticia, contó las idas y vueltas por las que pasó hasta llegar a este feliz presente.

Fue a los 17 años que subió por primera vez a una  bicicleta BMX. Sus primeras destrezas las desarrolló en la plaza de su barrio, Barrio Jardín. Allí conoció a un amigo que la llevó a la Plaza San Martín, donde se practicaban ese tipo de deportes extremos. Analía cuenta que era la única mujer en la plaza, y que eso no le resultaba nada fácil. Debió aguantar las burlas de sus compañeros, que más de una vez le indicaban que era “un deporte de hombres”, que era “muy difícil para ella” o que ya estaba grande para dedicarse a ello. Los vecinos del barrio también comentaban su actividad, y no eran justamente palabras de apoyo. Con el tiempo, todos esos pre-conceptos sociales, sumado a las obligaciones de trabajo y sus estudios, terminaron por alejarla de lo que más le gustaba: “entrenar todos los días en mi bicicleta”.

Sin embargo, un día, mientras estaba en su trabajo, llegó un mail invitándola al primer campeonato sudamericano sólo para mujeres de BMXF en Brasil, y sin pensarlo se inscribió. Pidió permiso en el trabajo, faltó a la facultad, apeló a sus ahorros, pidió plata prestada y fue a participar a São Paulo contra mujeres de toda Latinoamérica.  Analía recuerda que el apoyo lo encontró en su clan femenino: “mi madre, mi tía del corazón y mi abuela, que un día me dijo «Tu límite es el cielo, hasta no llegar nunca pares»” y eso es lo que hace desde entonces. Analía obtuvo en aquella competencia el 2do puesto. Este resultado fue el impulso que necesitaba para retomar sus sueños y profesionalizarse en el deporte.

A partir de ese momento, viajó por varios países del mundo compitiendo y consiguiendo óptimos resultados. Sin embargo, contó también en su charla que “Las mujeres seguimos luchando en un deporte de hombres, nosotras no vamos a todas las competencias, los hombres sí. El primer premio para los hombres es de 6000 euros, para las mujeres 1000”. Las desigualdades siguen existiendo y están vigentes, queda aún mucho camino por hacer. Por lo pronto, esta atleta misionera logró ser considerada de élite, y será parte de las clasificaciones para las olimpiadas que se realizarán en Tokio en el 2020, representando a la Argentina.

 

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