Piden ayuda a la Iglesia por supuesto caso de posesión en Oberá

Una adolescente fue internada por segunda vez en menos de dos meses en el área de salud mental del hospital local. Los psiquiatras descartaron un cuadro clínico que explique los extraños comportamientos. La Iglesia le pidió a la familia “rezar y esperar”.

“Mi nieta tiene algo extraño adentro y necesitamos ayuda de la Iglesia antes que sea tarde”, exclama Carlos Zabala, abuelo de la adolescente de quince años internada en el área de salud mental del hospital Samic de Oberá, “con un cuadro difícil de diagnosticar”, según explica el doctor Enzo Zima, uno de los psiquiatras que sigue el caso de la joven oriunda de Campo Ramón, localidad distante a nueve kilómetros del centro de Oberá.

La historia tomó estado público una vez que periodistas locales se hicieran eco del temor que infundía en el personal del hospital el comportamiento de la chica. “Vinieron desde distintas religiones a prestar ayuda a la familia, pero cada vez que se acercaba alguien con un símbolo religioso ella reaccionaba de forma violenta, incontrolable, saltando de la cama varios metros, gritando e insultando”, comenta una enfermera del turno noche, quien pide mantener su nombre en el anonimato ante las directivas estrictas de las autoridades del nosocomio de conservar la calma y el rigor científico en las declaraciones ante los requerimientos de la prensa, que ahora se comunica desde todos los puntos de país.

En la casa de la familia Zabala nadie encuentra una explicación a los extraños sucesos. “Durante semanas, cuando cae el sol, ella comienza a cambiar su comportamiento, es como si algo entrara en ella y la empujara para hacerse daño”, explica Cristian Zabala, profesor de música y tío de la joven. “La semana pasada mi sobrina fue a la misa de la capilla que está adentro del hospital donde permanece internada, estaba en compañía de sus doctores y nosotros, la familia, unos metros atrás sin que ella nos viera. Cuando llegó el momento de comulgar ella entró en una crisis horrible: gritaba cosas y se revolcaba por el piso. Tuvimos que controlarla entre varias personas hasta que le inyectaron un calmante”, recuerda Cristian, visiblemente afectado por la situación.

Los extraños trastornos en la personalidad de la joven E. Zabala no encuentran respuesta en la ciencia: “no se trata de un caso normal”, admitió el doctor Zima. Las explicaciones de los médicos del Samic de Oberá no dan tranquilidad a la familia Zabala. Finalizada una ronda de estudios complejos en el hospital central de Posadas, la chica sería dada de alta en las próximas horas y este fin de semana compartiría con los suyos en la casa donde convive con su madre, tíos y abuelo. Ella es hija única, de madre soltera.

Ayuda Divina

Las escenas donde E. Zabala entra en crisis tienen testigos por todos lados. Unas de las primeras fue durante una clase de inglés, en el curso del primer año del Bop 16, la escuela secundaria del pueblo. “La alumna se sintió bajo presión ante una lección que debía dar, después comenzaron a contraerse los músculos de las piernas, doblaba ambos pies hacia adentro sin poder controlarlo. Ella sufría, lloraba del dolor”, recuerda Javier, el preceptor del curso, en una imagen impactante que le costará olvidar.

“Es cierto que se despertaba a la noche riéndose fuerte, diciendo que tenía que matarse”, admite casi entre lágrimas el abuelo Carlos. Entonces lo interrumpe su hijo Cristian para responder sobre si fueron a la buscar ayuda divina. “Yo hablé telefónicamente con el Obispo (de la diócesis de Oberá, Damián Bitar) quien me dijo que tuviéramos paciencia, nos dijo que hay que rezar y esperar”.

Los Zabala son Católicos. Fueron a la ciencia y no encontraron respuestas, ahora buscan que la Iglesia interceda y los ayude con este flagelo porque creen que la joven está poseída. “Ya no sabemos qué pensar, qué hacer, les pedimos a quienes tengan poder, nos ayuden”, concluye Carlos.

 

Especial: Fernando Rumi

 

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