Habló el hombre acusado de raptar a una adolescente en Garupá: “Soy un perejil”

Tras recuperar su libertad, Alejandro Diaz, demorado por ser acusado de un secuestro de una menor, contó que no conoce a la víctima y relató que él cruzó ese día por Ñu Porá porque tenía que trasladar a sus hijos hasta la escuela. “Soy un perejil”, dijo y manifestó irregularidades en la investigación.

El jueves en horas de la noche, tras tres allanamientos, la Policía de Misiones demoró a Alejandro por ser el principal sospechoso de haber secuestrado a una adolescente un día antes de su detención. 

“Cuando ocurrió el hecho yo no estuve en el lugar. Simplemente pasé porque fui a buscar a mi hijo al colegio”, comenzó relatando y luego explicó que tras dejar a su hijo, visitó a sus suegros en Ñu Porá.

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“Almorzamos en la casa de ellos y me fui a mí casa a llevar a mi señora al trabajo en Candelaria”, contó. Es por eso que, según él, la cámara de un comercio lo detectó cerca de donde habría ocurrido el rapto de la menor el miércoles en horas del mediodía. 

Al otro día, según su relato, volvió a la casa de sus suegros a buscar a su hijos para volver a su casa y es allí donde la Brigada de la Policía de Misiones le comunicó que “hay una denuncia contra vos”, dijo en diálogo con “El Vecinal TV”.

Seguidamente, contó que los uniformados le notificaron la denuncia, revisaron el móvil y que inmediatamente la cuadra se multiplicó de vehículos de la fuerza provincial.  “Me esposaron, me subieron al móvil y se hicieron los allanamientos. A mí me dejaron en la comisaría quinta”, comentó. 

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“Fue mi hermana a la comisaría a llevarme algo y le dijeron que yo no estaba ahí. Al otro día en horas del mediodía me llevaron a que firme un papel”, manifestó y dijo que en primera instancia los uniformados le manifestaron que él estaba detenido por orden del juzgado y que al otro día le quisieron hacer firmar un papel que decía que estaba por averiguación de antecedentes. 

Siguió diciendo “yo estaba detenido y no sabía por qué, si contrataba un abogado tenía que saber porque estaba detenido”, amplió. 

Por otro lado, en cuanto a su vehículo, mencionó que el rodado se utiliza para carga y que tiene sillas en la parte trasera. Descartando la hipótesis de la denuncia que mencionaba que había una camilla. “Es una camioneta cargo, pero tiene asientos que utilizamos para llevar a los chicos”, dijo.

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“Mi camioneta no tenía camillas, no tenía colchones ni nada. Yo trabajo con la camioneta para hacer fletes, repartos de cosméticos, entre otras cosas”, señala.

Al respecto de los allanamientos, relató que le dieron “vuelta la casa” y que le han roto varios elementos durante el proceso.  “Me destruyeron todo”, afirmó y remarcó “en el allanamiento en la casa de mi suegra le llevaron dinero y en mi casa se llevaron hasta el secador de pelo. Se fueron con dos bolsas pero los efectivos no hicieron el acta del allanamiento”, manifestó. 

Por último, relató que le han allanado la funeraria de su hermano. Allí, encontraron, entre otras cosas, una camilla que es utilizada para trasladar a los óbitos para los trabajos correspondientes. 

Sobre la máscara de jabalí que había relatado la denunciante, el acusado respondió que en su vivienda encontraron una pero que de su hijo menor y que había sido utilizada para un acto “y que es una máscara de un pollo”, dijo. 

Concluyó diciendo “pasé en el lugar justo en el día menos indicado. Soy como dice el dicho, un gran perejil”, cerró.

Cabe mencionar que actualmente Alejandro tiene una medida judicial que implica una restricción de acercamiento al denunciante. 

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