Hallazgo arqueológico en el Parque Federal Campo San Juan: los restos podrían tener más de 2 mil años

El Parque Federal Campo San Juan fue el escenario de un hallazgo arqueológico tras la aparición de fragmentos cerámicos y líticos. La bajante en el nivel del agua del río Paraná dejó al descubierto estos restos, lo que llevó a una colaboración con la provincia para investigar su origen y valor histórico.

Los primeros indicios fueron a principios de junio, cuando el personal del parque encontró una notable concentración de materiales durante un recorrido por las orillas del río Paraná. Ante el descubrimiento notificaron de inmediato a la Secretaría de Estado de Cultura de Misiones para que trabajaran en el lugar.

La doctora en antropología, Lorena Salvatelli, encargada de los trabajos de campo, explicó que “el descubrimiento fue realizado por los guardaparques de Campo San Juan que, debido a la baja del nivel del río, quedaron expuestos restos arqueológicos, principalmente cerámicos, a la vera del río”.

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En ese sentido, guardaparques de Campo San Juan y Salvatelli, en representación de la Subsecretaría de Revalorización Cultural y Museos, trabajaron en conjunto para rastrillar la zona e intervenir antes de que el río se lleve las piezas. Realizaron sondeos, pequeños pocitos en la costa, para verificar si había más material en tierra firme.

Además, subrayó la importancia de pedir un permiso a la Secretaría de Cultura para realizar cualquier procedimiento arqueológico, ya sea prospecciones, que consisten en caminatas por el terreno para identificar materiales en la superficie, o pequeños pocitos para evaluar la profundidad.

Datación de las piezas

En cuanto a la datación de los fragmentos, la Dra. Salvatelli señaló que las piezas recolectadas del río “no son adecuados para datación”, debido a posibles contaminaciones con sustancias como petróleo o nafta, lo que podría alterar los resultados del proceso radiocarbónico. Por ello, no es viable mandar a datar estos fragmentos, ya que podrían proporcionar fechas incorrectas y se trata de procesos bastante costosos.

Sobre la posible antigüedad y origen de los fragmentos, Salvatelli indicó que “los restos cerámicos encontrados son similares a los del período guaraní prehispánico”, que se extiende desde hace 2 mil años hasta el siglo 17 o 18, con la llegada de los jesuitas.

Además, algunas comunidades guaraníes mantuvieron sus tradiciones y continuaron fabricando vasijas del mismo estilo incluso después de la llegada de los europeos. “Creemos que estos fragmentos podrían pertenecer a una comunidad guaraní, pero necesitamos una excavación más extensa para confirmarlo”, añadió la arqueóloga.

También explicó que el contexto histórico y cultural de Misiones es vasto y rico, con evidencia de pobladores que datan de hace aproximadamente 10 mil años. Sin embargo, la Dra. Salvatelli explicó que la tierra colorada de la región es muy ácida, lo que provoca la desintegración rápida de materiales orgánicos como herramientas de madera o hueso. “Esto dificulta a veces encontrar ciertos tipos de herramientas, ya que la tierra las desintegra”, explicó.

Asimismo, Salvatelli abordó la planificación y costos del proyecto de excavación, explicando que se considera un período de dos semanas, en el que el equipo debe contar con recursos necesarios como transporte, materiales de librería y bolsas para recolectar los fragmentos. “Aunque estos costos pueden parecer menores, se acumulan y representan un desafío financiero”, dijo.

¿Qué hacer cuando se encuentran piezas antiguas?

Salvatelli también destacó la importancia de proceder correctamente ante el descubrimiento de restos arqueológicos. “Es fundamental que, en tierra firme, si alguien encuentra restos arqueológicos, marque el lugar y nos informe a la Secretaría”, explicó. “Esto nos permite evaluar si se trata de un sitio arqueológico con mucho material o solo algunos fragmentos aislados”, sumó.

Salvatelli enfatizó que es crucial no intervenir en el lugar del hallazgo. “La gente puede marcar la ubicación con un poste, un palito o una jabalina, o utilizar el GPS de sus celulares para registrar la posición”, añadió. Esto permite que los arqueólogos puedan realizar una investigación adecuada sin el riesgo de alterar el contexto original de los materiales.

Asimismo, la arqueóloga derribó mitos que suelen tener las personas que ya poseen materiales arqueológicos recuperados por sus antepasados, explicando que el Estado no les va a quitar estos objetos, pero sí piden es que avisen para poder hacer un registro. “Esto es importante porque hay investigadores que pueden estar estudiando ciertos tipos de materiales, como puntas de flecha y podrían necesitar examinar esos objetos para sus estudios”, señaló.

Los objetos que pueden ser señal de alarma de descubrimientos es muy variado, pero los más recurrentes suelen ser las herramientas de piedra o los productos derivados de cerámica. Esto se debe a que el uso del metal en la región comenzó con la llegada de los jesuitas alrededor de 1650-1670.

“El metal empieza a aparecer en herramientas a partir de la llegada de los jesuitas, ya que antes no había fuentes de metal conocidas ni el conocimiento para procesarlo”, concluyó Salvatelli.

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