Revolución en la construcción: una impresora 3D construye casas con piezas de madera

La Universidad de Maine hizo realidad su proyecto y revolucionó la construcción de viviendas al utilizar impresoras 3D y residuos de madera.

Este enfoque innovador no solo pretende satisfacer la creciente demanda de hogares en el mundo, sino que también ofrece una solución sostenible y eficiente frente a la crisis de vivienda. El Centro de Estructuras y Compuestos Avanzados (ASCC) de la universidad está liderando este cambio, utilizando la impresora de polímeros 3D más grande del mundo para crear viviendas con materiales biobasados.

A diferencia de los métodos tradicionales de construcción, donde las estructuras se levantan directamente en el lugar, el ASCC imprime módulos prefabricados que luego se ensamblan en el sitio. Este proceso no solo es más rápido, sino que también reduce significativamente los costos y el tiempo de construcción.

La impresora utilizada por el ASCC es capaz de producir objetos de hasta 29 metros de largo, 9,75 metros de ancho y 5,5 metros de alto, con una capacidad de impresión de hasta 227 kilogramos por hora. Dagher mencionó que aumentar la velocidad de impresión a 453 kilogramos por hora permitiría construir una casa en tan solo 48 horas, haciéndola altamente competitiva en términos de costos con las construcciones tradicionales.

En 2022, el ASCC presentó su primer prototipo de esta tecnología: BioHome3D. Esta unidad de vivienda unifamiliar de 56 metros cuadrados se distingue por ser la primera casa 3D completamente biobasada, construida íntegramente con fibra de madera local y materiales de bio-resina. A diferencia de las impresiones en hormigón, que solo incluyen las paredes, la BioHome3D incorpora el suelo, el techo y las paredes en el proceso de impresión.

Uno de los aspectos más innovadores del BioHome3D es su sostenibilidad. Cuando la vivienda ya no es necesaria, puede ser triturada y reutilizada para imprimir nuevos materiales. Este ciclo de vida cerrado se logra utilizando residuos de madera de los aserraderos de Maine, lo cual no solo reduce el desperdicio, sino que también crea un producto de construcción renovable.

Sin embargo, aún hay desafíos por superar. La tecnología para imprimir materiales de madera a alta velocidad está en desarrollo y, en ocasiones, las impresoras sufren atascos por la acumulación de polvo, como ocurrió durante la construcción del BioHome3D.

 

Futuras aplicaciones y proyectos

 

El ASCC tiene planes ambiciosos para su tecnología de impresión 3D. Actualmente, están trabajando en la incorporación de conductos para cableado y plomería directamente en el proceso de impresión, siguiendo las especificaciones de los arquitectos. Además, se están asociando con una ONG local para diseñar un vecindario de nueve casas para personas sin hogar, con la construcción prevista para comenzar en 2025.

En el ámbito internacional, la tecnología de impresión 3D no es nueva. En Austin, Texas, se está construyendo el barrio impreso en 3D más grande del mundo, mientras que Dubái tiene como meta que el 25% de sus nuevos edificios se construyan con esta tecnología para 2030. Sin embargo, la mayoría de estos proyectos utilizan hormigón, lo que hace que la alternativa basada en residuos de madera del ASCC sea verdaderamente innovadora.

La tecnología del ASCC podría ser especialmente útil en regiones con climas extremos. La posibilidad de imprimir casas prefabricadas en condiciones controladas permite el ensamblaje en campo en cualquier época del año.

El potencial de la impresión 3D en la construcción es prometedor, aunque aún tomará tiempo para que los códigos de construcción se adapten a esta nueva tecnología. No se espera que la impresión 3D desplace totalmente la construcción tradicional, pero es probable que en el futuro ocupe una porción significativa del mercado de la vivienda.

La adopción de la impresión 3D con residuos de madera no solo podría resolver la crisis de vivienda en Maine, sino que también posicionaría a la región como líder en construcción sostenible a nivel mundial. Este enfoque innovador tiene el potencial de transformar la industria de la construcción, ofreciendo una solución más rápida, económica y ambientalmente responsable.

El proyecto de la Universidad de Maine es un ejemplo de cómo la tecnología y la sostenibilidad pueden unirse para enfrentar desafíos contemporáneos. Con su visión y determinación, el ASCC está abriendo nuevas posibilidades en la construcción de viviendas, marcando un camino hacia un futuro más sostenible y eficiente.

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