En el contexto actual de cambio climático y la búsqueda de un desarrollo sostenible, las viviendas sustentables emergen como una tendencia en alza. Elementos como bombillas LED, electrodomésticos de bajo consumo, termostatos programables, aislamiento térmico, inodoros de mínima descarga, aireadores en griferías y sistemas de riego con agua de lluvia son algunas de las innovaciones que configuran estas viviendas. Contrario a la creencia popular, su mantenimiento a largo plazo las hace una elección rentable.
Según datos proporcionados por la Cámara Argentina de la Construcción (CAC), el 72% de los proyectos inmobiliarios en el país incorporan elementos de construcción sustentable en sus diseños y ejecuciones. Estas cifras reflejan una creciente conciencia ambiental y un interés por reducir la huella ecológica, especialmente dentro del sector inmobiliario y de la construcción.
Las viviendas sustentables no solo son una moda pasajera; se construyen y operan de manera responsable con el medio ambiente, minimizando su impacto negativo y promoviendo el uso eficiente de los recursos naturales. Su importancia radica en su capacidad para reducir la huella de carbono, disminuir la contaminación y fomentar un estilo de vida más saludable.
Desde el aislamiento térmico en techo y paredes, inodoros con descarga máxima de 5 litros, aireadores en griferías para que el agua salga oxigenada y no se necesite tanta potencia, y hasta sistemas de riego con agua de lluvia, son algunos elementos que configuran un modelo de vivienda más responsable con el medio ambiente, reduciendo drásticamente el consumo de este recurso vital sin sacrificar el confort de sus habitantes.
Aunque construir una vivienda sustentable inicialmente requiere una mayor inversión, el costo de mantenimiento es significativamente menor a largo plazo, lo que permite recuperar la inversión con el tiempo mientras se disfruta de un excelente confort. Un informe de la Asociación Argentina de Energía Eólica y Solar (AAEES) confirma que las construcciones sustentables reducen en promedio un 35% el consumo de energía en comparación con las edificaciones tradicionales.
Es importante recordar que incluso sin construir una nueva vivienda, es posible transformar un hogar existente en una vivienda sustentable. La instalación de bombillas LED, electrodomésticos de bajo consumo, el uso de termostatos programables y sistemas de automatización del hogar que permiten un control más eficiente del uso de energía son algunas de las transformaciones que, aunque no requieren un esfuerzo considerable, marcan una gran diferencia en el cuidado del medioambiente.
Vivir en una vivienda sustentable no solo aporta beneficios al medio ambiente, sino también a la salud de sus habitantes. Estas viviendas suelen tener una mejor calidad del aire interior gracias al uso de materiales no tóxicos y sistemas de ventilación eficientes, lo que puede reducir enfermedades respiratorias y alergias. Además, fomentan un estilo de vida más consciente y responsable, contribuyendo a la construcción de una sociedad más sostenible.
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— misionesonline.net (@misionesonline) March 18, 2024
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