Neurociencia, eje intestino-cerebro y salud mental: por qué hay mas casos de ansiedad y de autismo en la actualidad y cuál es el papel de la alimentación 

El doctor Jorge Hirisch, se refirió a cómo funciona el cerebro, su conexión con el intestino y al papel fundamental que cumple la alimentación en la salud mental y en los trastornos neurológicos.

El estacado investigador en neurociencias y catedrático de la Universidad Nacional de Cuyo, que lleva más de 20 años dedicados a la neurorehabilitación infantil, actualmente, trabaja en el Laboratorio de la Universidad de Buenos Aires (UBA), y centra sus investigaciones en la neurociencia cognitiva, específicamente en el estudio del autismo y los trastornos del neurodesarrollo.

Hirisch explicó que «El bienestar individual está intrínsecamente ligado a nuestras creencias y percepciones. Si bien la realidad es una, el pensamiento humano genera una multiplicidad de interpretaciones dentro de ella. En este sentido, tanto el coaching como la neurociencia se unen para proporcionar herramientas que nos permitan comprender y utilizar de manera consciente los procesos cerebrales en beneficio de nuestro bienestar».

Asimismo, el especialista explicó ciertas cuestiones acerca de la neurociencia y sus investigaciones. En primer lugar, Hirisch sostuvo «Cada día descubrimos nuevas facetas del funcionamiento cerebral». En su campo, la neurociencia cognitiva, se explora cómo piensa el ser humano, diferenciándose de la neurociencia básica, que se enfoca en estudios más profundos a nivel neuronal o de neurotransmisores, a menudo utilizando modelos animales.

Además, destaca la singularidad de la cognición humana. «Nosotros asumimos como normal el estado del self en el día a día. Por ejemplo, somos seres que planificamos para el futuro, algo que muchos otros mamíferos no hacen. Este tipo de comportamiento, aunque cotidiano para nosotros, es resultado de complejas interacciones neuronales. Incluso cuando dormimos, nuestras neuronas están activas, formando lo que llamamos la mente, que es el producto final de estas interconexiones» explicó.

La mente, según el Dr. Hirisch, es una expresión del cerebro, aunque la filosofía puede ofrecer otras interpretaciones. «Algunos autores consideran que la mente podría estar separada del cerebro. Desde la neurociencia, la vemos como un resultado de las uniones sinápticas y neuronales, pero también podría ser influenciada por factores como el ambiente, la epigenética y la genética».

Este enfoque integrador de la neurociencia no solo aborda la biología del cerebro, sino también su conexión con la cognición y la inteligencia. «La cognición es el resultado del pensamiento humano. Conceptos como la toma de decisiones y la flexibilidad cognitiva, que se utilizan en el coaching, tienen su base en mecanismos neuronales», explica el Dr. Hirisch.

Las investigaciones del Dr. Hirisch buscan desentrañar cómo el cerebro produce estos resultados cognitivos y cómo pueden ser aplicados para mejorar la neurorehabilitación infantil, ofreciendo nuevas estrategias para el tratamiento de trastornos del neurodesarrollo.

El trabajo del Dr. Jorge Hirisch y su equipo no solo profundiza en la comprensión del cerebro, sino que también explora las vastas posibilidades de la mente humana, destacando la importancia de un enfoque multidisciplinario en la neurociencia moderna.

El Doctor Jorge Hirisch profundiza en la relación entre el funcionamiento cerebral y el comportamiento humano. «Entonces, ¿por qué pensamos como pensamos? ¿Por qué actuamos como actuamos? Podemos cambiar cómo tomamos decisiones para resolver situaciones de manera diferente y mejorar nuestro bienestar» aseguró.

Las jornadas de mañana jueves en el Hotel Bagu intentan establecer estas dos líneas: entender el funcionamiento cerebral y cómo este genera el pensamiento, y cómo este pensamiento puede modificarse.

En este sentido, Hirisch explica que modificar el pensamiento implica la posibilidad de cambiar la conducta, lo cual repercute directamente en el bienestar de una persona. «Siempre digo esto: uno puede estar peor. Y la respuesta es sí. Pero si uno puede estar peor, también puede estar mejor. El coaching plantea una filosofía de vida mejor basada en el pensamiento de uno mismo. Aunque la gente no cambia su esencia, sí puede cambiar su construcción del pensamiento. La felicidad o la infelicidad dependen de cómo se piense y se establezcan criterios amplios de felicidad» dijo.

Teniendo en cuenta esto, el doctor destaca la diferencia química entre el placer y la felicidad. «El placer, mediado por la dopamina, es una sensación efímera. Por ejemplo, el placer de comer un helado se termina tan pronto como se acaba el helado. Por otro lado, la felicidad, mediada por la serotonina, es una construcción cognitiva más duradera. La felicidad implica una interacción constante del cerebro con el entorno y se basa en un estado más calmado».

Desde una perspectiva fisiológica, Hirisch describe el placer como un estado de búsqueda constante, propio de nuestros instintos mamíferos para encontrar comida y reproducirnos. «El placer acelera el cerebro porque estamos en constante búsqueda. La felicidad, en contraste, es desacelerar el cerebro, entrar en un estado óptimo de calma. Este estado más calmado es puramente humano y está asociado con una interacción más sostenible con nuestro entorno» remarcó el especialista.

Hirisch también aborda las implicaciones adictivas del placer: «Lamentablemente, las drogas que producen placer también pueden causar adicciones. Esto se debe a que el placer tiende a ser adictivo, mientras que la felicidad no. Comprender estas diferencias puede ayudarnos a desarrollar estrategias más efectivas para promover el bienestar y la salud mental».

Jorge Hirisch no solo ilumina el intrincado funcionamiento del cerebro humano, sino que también abre nuevas vías para mejorar la calidad de vida a través de la modificación del pensamiento y el comportamiento.

Autismo: qué sabemos y qué ignoramos

El Doctor Hirisch también trabaja con niños en el ámbito del autismo. «Nosotros somos un equipo que investiga y trata el autismo. Dirijo un grupo que se enfoca en la terapia e intervención temprana en este campo. El autismo no es una patología ni una enfermedad, sino una diversidad en el funcionamiento cerebral. Esto significa que, aunque el cerebro esté completamente sano, su conducta es diversa».

Hirisch describe la variedad de comportamientos en el espectro del autismo, desde niños que no reconocen su identidad ni su entorno, hasta personas con capacidades «sobresalientes», según lo que exije la sociedad, como el empresario Elon Musk, quien ha confesado tener lo que antes se llamaba síndrome de Asperger, ahora considerado autismo de alto funcionamiento.

«La diversidad en el autismo se manifiesta conductualmente. No podemos detectarlo mediante resonancias o exámenes específicos; solo podemos observar la conducta. Nosotros investigamos a los niños que presentan trastornos del neurodesarrollo, aquellos que no se adaptan a la vida cotidiana. Pueden tener estereotipias, autolesionarse, o no hablar ni interactuar» contó.

La clave, según Hirisch, está en la intervención temprana. «Mientras más temprano se detecte y trate, mejores serán los resultados a largo plazo. Un diagnóstico certero no se realiza en un día; puede tomar de tres a seis meses, observando la evolución del desarrollo. Si se interviene a los dos años, se puede reducir el impacto del trastorno, suavizando los rasgos de autismo».

Asimismo, Hirisch resalta el concepto de plasticidad cerebral en los niños. «Los niños son moldeables en cuanto a conducta y aprendizaje. Un niño con autismo puede suavizar sus estereotipias o gritos mediante la intervención temprana, gracias a la plasticidad neuronal. La discapacidad no es lo que el niño no puede hacer, sino lo que pensamos que no puede hacer. El cerebro está equilibrado, pero su conducta no siempre es compatible con lo que la sociedad espera» enfatizó el profsional.

Hirisch hizo hincapié en que la discapacidad es una brecha entre lo que el niño puede y no puede hacer y lo que la sociedad tolera. «Incluso en la naturaleza, algunos primates muestran tolerancia hacia crías con discapacidades. La discapacidad es, en gran medida, una construcción social».

Para ilustrar su punto, Hirisch pone como ejemplo el progreso de las personas con síndrome de Down. «Hace 60 o 70 años, las personas con síndrome de Down eran consideradas altamente discapacitadas y se les mantenía aisladas. Hoy, muchas de ellas completan la educación primaria, secundaria, e incluso universitaria, y están integradas en el mercado laboral. ¿Qué cambió en el síndrome? Absolutamente nada. Lo que cambió fue la percepción y aceptación social de sus capacidades».

Hirisch subraya la importancia de cambiar la percepción social de la discapacidad. «Cuando la sociedad iguala las oportunidades, la discapacidad disminuye inmediatamente. Las madres suelen ser muy intuitivas respecto a sus hijos. Sin embargo, siempre es recomendable consultar con un pediatra o neuropediatra ante cualquier signo de preocupación».

Por qué  en la actualidad hay más casos de autismo 

Por otra parte, el especialista asegura que hay un aumento en los casos de autismo en las últimas décadas. «Hoy hay más niños con autismo que hace 20 años, y esto puede deberse a varios factores, incluyendo la alimentación. Algunos niños tienen intolerancia al gluten y al azúcar, lo que impacta en la producción de serotonina en el intestino, un precursor clave para la felicidad y el desarrollo de habilidades de lenguaje y comunicación».

La serotonina, explica Hirisch, es crucial en el desarrollo de la interacción social desde la infancia. «Un intestino que no produce suficiente serotonina puede afectar la capacidad de un niño para interactuar y comunicarse, lo que puede manifestarse en conductas autistas. Signos como la falta de contacto visual, ausencia de palabras, y comportamiento repetitivo merecen una evaluación profesional».

Para explicar lo mencionado, el especialista enfatizó en la importancia de la interacción social en la construcción de la felicidad humana. Según sus palabras, la serotonina, neurotransmisor clave en la regulación del estado de ánimo, actúa como el puente que nos conecta con los demás. Explicó que situaciones tan simples como salir a tomar un café y encontrarse con conocidos pueden desencadenar la liberación de serotonina, induciendo una sensación de bienestar.

Sin embargo, Hirisch advirtió que la depresión, en su esencia, es un estado de reclusión motivado por la ausencia de serotonina. La incapacidad para interactuar socialmente, característica de la depresión, conlleva a un círculo vicioso que refuerza el aislamiento y agrava la condición.

Si bien el profesional enfatizó la necesidad de evitar generalizaciones apresuradas, advirtió sobre señales de alerta que podrían indicar un desarrollo atípico en la infancia, como la pérdida repentina de habilidades lingüísticas y sociales, la falta de contacto visual y la ausencia de interacción emocional con los cuidadores.

Hirisch finaliza enfatizando la necesidad de estar atentos a los signos de autismo y buscar una evaluación especializada. «No se trata de alarmar innecesariamente, pero sí de estar vigilantes y actuar ante los signos tempranos. La intervención oportuna puede hacer una gran diferencia en la vida de estos niños».

El vínculo esencial entre el intestino y el bienestar mental

La compleja relación entre el intestino y el cerebro fue explicada de manera mas detallada por el doctor Hirisch, quién se refirió a cómo la salud gastrointestinal influye directamente en nuestro estado de ánimo y bienestar mental.

El Dr. Hirisch destaca que el intestino es considerado el «segundo cerebro» no por sus funciones cognitivas, sino por su papel crucial en suministrar los nutrientes esenciales que permiten al cerebro funcionar químicamente. Señala que muchas de las moléculas químicas necesarias para las sinapsis neuronales, las conexiones eléctricas fundamentales en el cerebro, son predispuestas por el intestino.

Este vínculo entre ambos órganos es vital, según el Dr. Hirisch. Explica que la dieta desempeña un papel fundamental en la salud mental, ya que ciertos alimentos pueden provocar estrés y ansiedad, particularmente en los niños. «El consumo excesivo de azúcar, por ejemplo, puede tener efectos perjudiciales en el desarrollo cognitivo y emocional, predisponiendo a problemas de ansiedad en el futuro» dijo.

El experto enfatiza la importancia de la conciencia y el autoconocimiento corporal. Cada organismo es único, al igual que el intestino de cada individuo. Destaca la creciente preocupación por el SIBO (sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado), una condición que puede provocar malestar gastrointestinal y otros síntomas.

El avance de la neurociencia en la comprensión del cerebro humano

El Dr. Hirisch compartió que se están logrando avances significativos en la comprensión y el tratamiento del Alzheimer. En este sentido, se refirió a los implantes neuronales, que, aunque aún en desarrollo, podrían revolucionar la forma en que interactuamos con la tecnología.

El concepto detrás de estos implantes es intrigante: mediante la lectura de la actividad eléctrica cerebral, podrían comunicarse con dispositivos electrónicos a través de Bluetooth. Este avance podría tener enormes implicaciones para personas con discapacidades motoras, permitiéndoles controlar dispositivos con el pensamiento y mejorar su calidad de vida de manera significativa.

Sin embargo, el Dr. Hirisch también señaló los desafíos que aún enfrenta esta tecnología. Aunque los implantes pueden leer la actividad eléctrica del cerebro, aún no han avanzado lo suficiente como para permitir la recuperación del movimiento en personas con discapacidades motoras graves.

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