Medio siglo del magnicidio de Irrazábal y Ayrault: ¿Fue López Rega, fruto de la feroz interna del PJ o tragedia inevitable?

Pasaran 50 años ¡medio siglo! y aún la sombra del misterio, del crimen político o de la tragedia, sobrevuelan la muerte de la cúpula del Gobierno de Misiones en un sospechoso accidente aéreo. También murieron sus respectivas esposas y, más de dos meses después, la hija del gobernador.

La simple curiosidad de este cronista, logró arrancar del tiempo un dato que a los “sagaces” investigadores de la época se les pasó por alto. Un maestro normal nacional de Campo Ramón, Héctor “Chiquito) Dalmau y sus alumnos recorrían los hangares del viejo aeropuerto de Posadas.

Dalmau, luego intendente de Campo Ramón, diputado nacional, funcionario nacional de Ecología, entre otros cargos se acercó con sus estudiantes al Beechcraft, que esa noche del 30 de noviembre de 1973 caería en la selva paranaense.

Dalmau relató que les llamó la atención la presencia de técnicos operando en la “panza” de la aeronave. Uno de ellos, con el típico acento altanero de los porteños, aseguraron que lo preparaban para un vuelo importante.

Hasta hoy, noviembre de 2023, ningún informe técnico, serio, creíble, compatible con lo ocurrido, ha llegado a la opinión pública. Hasta se llegó a decir -en el colmo de la indecencia- que el propio gobernador Irrazábal piloteaba la máquina en la aproximación desde el oeste al aeropuerto de Iguazú.

Lo que sigue, es un extracto de lo escrito por este cronista, para el diario Clarín de Buenos Aires, en 2008. A todo se suma el raro episodio de los dos máximos líderes del ejecutivo de Misiones, en el mismo avión. Muy conveniente, al parecer, para descabezar un gobierno que no era del paladar de la ominosa Triple A, gestada en los pasillos del entonces Ministerio de Bienestar Social. Dalmau nunca fue llamado a declarar.

La sombra de la Triple A, una cita con José López Rega en Iguazú, un avión que se estrelló en la selva de las Cataratas, la sospecha de un atentado y la misteriosa muerte de la única sobreviviente 68 días más tarde, son los condimentos de una trágica historia ocurrida hace 35 años en Misiones. (esto en 2008)

Ahora los familiares de las víctimas lograron que la justicia federal investigue y se presentaron como querellantes de un crimen que atribuyen a la organización terrorista de ultraderecha.

El gobernador justicialista Juan Manuel Irrazábal, su vice desarrollista César «Chango» Ayrault, sus esposas, y el piloto Jorge Pirovani, fallecieron el 30 de noviembre de 1973 cuando el Beechcraft en el que viajaban cayó en Puerto Península, a un par de kilómetros de la ruta 12.

«La única sobreviviente y testigo fue silenciada», dijo (en 2008) a Clarín el abogado Pedro Pirovani, hijo del piloto. María Susana Irrazábal, hija del gobernador, fue encontrada de pie, lúcida, y sólo con quemaduras de tercer grado. En febrero del 2004, murió en el Instituto del Quemado porteño. El entonces gobernador Deolindo Bittel, denunció un atentado y en los ’80, ya senador, pidió informes al ejecutivo, que no fueron respondidos.

Y más datos llamativos. El avión nunca fue peritado, pero la Fuerza Aérea le echó la culpa al piloto y a un desperfecto en el altímetro del avión. El juez de Eldorado, José Von Schwartzenberg, cerró la causa con apenas 50 fojas, sin derivarla al fuero federal. Tampoco testificaron la sobreviviente María Susana, el responsable de la torre de control de Iguazú, quien escuchó al piloto Pirovani gritar que hubo una explosión y tenía fuego en la cabina, ni los vecinos que vieron a la máquina explotar en el aire. «Cuando mi padre iba a aterrizar el avión no le dieron la pista principal porque estaba preparando para el sábado 1 de diciembre, cuando iba a llegar López Rega, por entonces ministro de Bienestar Social de la Nación», aseguró Pirovani. El Beeechcraft King Air sobrevoló las Cataratas, hizo un giro sobre el Paraná y cayó envuelto en llamas en Puerto Península.

López Rega nunca llegó a Iguazú.Los querellantes consiguieron que el juez federal de Eldorado, Mario Hachiro Doi, aceptara que responda la Fuerza Aérea, habrá un perito de parte, se buscarán los restos del avión extraviados en un hangar y se reconstruirá el legajo del piloto, extrañamente desaparecido de los archivos.

«Deben atestiguar 25 personas, entre ellos quienes vieron caer el avión en llamas, contra lo que dice la Fuerza Aérea que sostiene que chocó contra los árboles. Manejamos dos hipótesis: el atentado dentro del avión o disparos desde tierra», dijo el abogado de las tres familias querellantes.

La rendija jurídica que encontraron los descendientes de las víctimas fue la calificación de «lesa humanidad» para los crímenes de la Triple A. Primero fue el juez Norberto Oyarbide en marzo pasado y luego fue confirmado por la Cámara Federal. «Siempre tuvimos sospechas, pero éramos chicos cuando fallecieron papá y mi madre Ofelia Ruiz», señaló Maia Ayrault, una de las cuatro hijas del ex vice y ex gobernador desarrollista de Misiones.

 

 

 

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