Caso Báez Sosa | Llantos, nervios y caras de angustia: así vivieron los rugbiers las declaraciones de sus padres

En la audiencia de este martes hablaron los papás de Enzo Comelli y de Luciano y Ciro Pertossi. También expuso la mamá de Matías Benicelli. La ronda de testigos pedidos por la defensa termina este miércoles.

Si fue o no parte de una estrategia, solo lo sabe él. Sea como sea, este martes Máximo Thomsen volvió a llorar dentro de la sala donde se lo juzga por el crimen de Fernando Báez Sosa, ocurrido el 18 de enero de 2020.

El rugbier se mostró muy angustiado cuando empezó a declarar Mauro Pertossi, el papá de Ciro y Luciano.

Frente al tribunal, el hombre contó que sus dos hijos tenían sus vidas armadas antes del crimen y que ahora toda la familia vive momentos terribles.

Entre las cosas que mencionó, explicó que reciben amenazas constantes por distintos medios y que además los insultan donde van.

“Esto que pasó fue tremendo. Me echaron del trabajo, porque era muy mediático el caso. Después de 25 años, me desvincularon. Ahora no consigo trabajo, el sostén de la familia es mi esposa. Es una desgracia lo que pasó, pero mis hijos no son asesinos, son chicos, adolescentes”, dijo.

Mientras hablaba, Máximo Thomsen no podía parar de llorar. Si quería mostrar sensibilidad, lo hizo, y justo pocos días antes de que arranque la etapa de alegatos, que comenzará la semana entrante.

Sin embargo, no fue el único que se mostró angustiado. Enzo Comelli también demostró tristeza cuando su mamá se sentó ante los jueces para hablar de él.

“Estamos devastados desde ese momento. Nos cambió la vida a todos. Es una agonía constante, no podemos salir a la calle”, explicó Alejandra Guillén.

Mientras su relato avanzaba y la señora contaba que su hijo se había puesto a trabajar en la caja de un boliche para juntar dinero para sus vacaciones con sus amigos, Enzo se sensibilizó y rápidamente los ojos se le llenaron de lágrimas.

Al final de la presentación, el imputado no aguantó y se puso a llorar, aunque bajaba la cabeza para que nadie lo notara.

Para ese entonces, Thomsen seguía también llorando y se mostraba afectado por lo que declaraban los padres de sus amigos. Ciro Pertossi, en cambio, no lagrimeaba, pero sí mantenía la cabeza gacha y todo su cuerpo tirado hacia adelante. Al igual que su hermano, Luciano, los dos se veían afectados.

Por su parte, Eduardo Benicelli prestó declaración y, al igual que los demás papás, por momentos tenía que frenar su discurso porque la angustia no lo dejaba hablar.

”Es muy difícil, no hay palabras, nunca imaginé que iba a vivir algo así. Fueron tres años de mucho dolor. Y tengo algo muy claro, dolor con más dolor no se cura”, sostuvo.

El papá de Benicelli, la mamá de Comelli y el papá de Ciro y Luciano declararon este martes ante la atenta mirada de Silvino Báez y Graciela Sosa, los papás de Fernando, quienes en ningún momento bajaron la cabeza ni les sacaron la mirada a ninguno de los tres mientras hablaban.

Ayer, ambos tuvieron que retirarse ante la declaración de la madre de Blas Cinalli, aunque hoy, más enteros, estuvieron presentes de principio a fin.

Qué hicieron los familiares de los rugbiers durante la declaración de los padres de Cinalli, Benicelli y Pertossi
En cuanto a los rugbiers, si bien no conversaban entre ellos a medida que avanzaban las exposiciones de sus familiares, quienes sí se contenían entre sí, eran los propios padres.

La que más angustiada parecía en un primer momento era la mamá de Ciro y Luciano, María Cinalli. La mujer soportó la declaración de su marido, Mauro Pertossi, con total pesar.

Cuando no pudo aguantar más, se largó a llorar. También por momentos se tapaba el rostro o bajaba la mirada, pero siempre estaba atenta.

En el momento en que su esposo terminó de hablar y le preguntó al tribunal si podía quedarse dentro de la sala para escuchar el resto de la jornada, ella no dudó y rápidamente le hizo un lugar en el banco en el que estaba sentada.

Ya con él a su lado, lo tomó de un brazo y los dos juntos siguieron mirando hacia adelante con las cabezas pegadas, que es lo más cerca que se puede estar de un abrazo dentro un tribunal.

A su turno, la mamá de Benicelli, Mónica Zárate, también esperó a su marido y lo contuvo cuando llegó hasta el banco en el que se sentó Eduardo.

Tanto Pertossi como Benicelli estuvieron recién hoy por primera vez dentro de la sala en la que sus hijos son juzgados, ya que antes no pudieron hacerlo porque estaban citados como testigos de la defensa.

De todos los familiares, el que parece más entero es el papá de Thomsen, Marcial, y también otra de las más fuertes es la abogada Emilia Pertossi, la hermana de Ciro y Luciano, quien observa y escucha cada una de las declaraciones sin quebrarse, cumpliendo su rol como parte de la defensa.

Mañana será la última audiencia de la etapa de declaraciones testimoniales, a la que asistirán dos peritos convocados por el defensor Hugo Tomei. El lunes serán los alegatos finales.

Fuente: TN

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