La reconocida artista misionera Mónica Millán fue distinguida en la edición 2011 de los premios Trabucco

A través de Academia Nacional de Bellas Artes se organizó una muestra que incluyó los rubros pintura y dibujo. La hija prodigio de San Ignacio obtuvo el premio adquisición en dibujo con la obra «El río bord(e)ado» que remite a las ilustraciones de libros antiguos, llenando la hoja con tramas abigarradas de plantas, bichos y animales, donde los personajes son sólo una parte más. La artista presenta así en una escala de grises un paisaje asfixiante y cerrado posiblemente en recuerdo de su Misiones natal.

Los organizadores del galardón otorgado por la fundación Alberto J. Trabucco, a través de la Academia Nacional de Bellas Artes, conformaron una selección de obras que permanecerán durante todo el verano en el Centro Cultural Recoleta.

Este premio consagratorio instituido en 1997 sucede al premio Palanza que otorgaba la Academia desde 1946 y tiene la particularidad de que los artistas participan del certamen de mayor trascendencia nacional por exclusiva invitación de los académicos del jurado.

Jorge Tapia, presidente de la fundación, afirmó a Télam que se han elegido artistas que son referentes por sus cualidades y trayectorias, y que a su vez pueden representar a otros artistas en la diversidad.

“Es muy buena la distinción porque se seleccionan a los mejores dibujantes del país y me han llamado para comunicarme del premio. No pude ir a recibirlo porque estaba en la zona de El Soberbio trabajando en una performance de sonido”, explicó la artista.

Además señaló que están trabajando para presentar obras en el Museo de Arte Contemporáneo Rosario (MACRO) en marzo venidero y para la Bienal que se realizará en La Habana, Cuba en el mes de mayo.

 

Deuda pendiente

 

A la hora de hablar de su sensación respecto al reconocimiento de su trabajo y su trayectoria que ya supera una década la artista confesó que no se siente embajadora de la tierra colorada. “La verdad es que no me siento embajadora de Misiones. Hay mucho desconocimiento de lo que uno hace y en general de lo que hacen los artistas. Yo tengo obras en el Museo de San Juan y no en Misiones. En esto quiero destacar la importancia de los museos, espacios donde se pueda apreciar la historia visual de Misiones y en ese sentido el apoyo del gobierno es clave”, señaló.

Por otro lado dijo que en algunos aspectos se evidencia en retroceso ya que en los años 90 por ejemplo había becas para que los jóvenes puedan ir a estudiar a Buenos Aires y hoy eso no existe.

 

 

Técnica y talento

En esta exhibición 2011 de los premios Trabucco con alto nivel técnico se destacan estas diferencias, en dibujo las obras de Inés Bancalari (1946) que con una línea suelta y simple dibuja mujeres que nos recuerdan a Henri Matisse, en contraste con la pluma obsesiva de Marcelo Boullosa(1956), que ocupa todo el plano en una mini-filigrana de tinta china como restos explotados de un hormiguero en «Bam-Bam».

Similar actitud impulsa a Mónica Millán con escenarios naturales en blanco y negro Elena Nieves (1967) nos muestra un bosque de montaña delineado en acrílico sobre tela, con la planimetría exacta de lo publicitario o el paisajismo, al que borra con caminos blancos, en sugestivas pistas nevadas, tal vez en honor a su nombre.

En cambio, Ladislao Kelity (Hungría 1944) con una excelente técnica dibujística convierte la tela en una habitación oscura, donde en una especie de cadena darwiniana se suceden pájaros prehistóricos y peces que evolucionan para transformarse en un hombre o quizás sea al revés, en «La pecera del señor MUYBRIDGE».

En esa misma tónica de interiores trabaja Inés Vega (1950), de quien conocemos sus esculturas blandas o almohadones dibujados donde retrata a veces con ternura y otras con ironía personajes que parecen de otro tiempo, en este caso en «Nocturno en el Cine Hopper» se ve un primer plano de un muchacho rígido de ojos ciegos dentro de un teatro vacío, con la rigurosidad del claroscuro en un preciso dibujo de carbonilla.

Así también circulan «Los desfiles» de Fabián Attila (1961) en la serie de las vanidades.

En pintura se destacan las delicadas obras de Carlos Arnaiz,en una composición libre de enormes manchas donde el reino vegetal a veces antropomórfico descubre enormes flores rojas de hojas verdes con la transparencia del óleo en su estado líquido.

Mientras, Mariano Cornejo (Salta 1960) nos acerca sus ensamblajes apaisados en un expresionismo abstracto de depurada artesanía donde aplica materiales que evocan las montañas.

Alfredo Prior (1952) inunda los enormes lienzos con colores que se mezclan y superponen mientras dan vida a partir de chorreaduras a oscuros sueños e iluminaciones; en esa misma clave onírica pero dentro de la figuración Jorge Pietra (1951) nos lleva por el alma que vuela sobre una Buenos Aires extraña donde conviven los márgenes y una simbología personal en perspectivas rotas y vueltas a armar. Giancarlo Puppo artista arquitecto y crítico de arte nacido en Roma en 1938 es también de la partida con sus composiciones de figuras rebatidas, siluetas sin rostro encarnadas en las tonalidades  de la tierra.

Juan Andrés Videla (1958) nos entrega una fotografía al óleo extraída de las rutas argentinas, donde lo más nítido es el amplio cielo cortado por antenas, mientras desvanece los detalles en un fuera de foco

María Silvia Corcuera Terán (1955) se llevó el premio de pintura con «Mar de llanto 2» en una paciente composición geométrica y monocroma, con fuertes aires del arte cinético de los 60, donde pega tramas de lágrimas de masilla epoxi  sobre arcos y ondas.

Distintos exponentes del arte contemporáneo que no abandonan la pintura y el dibujo, son reconocidos en esta selección de obras que se puede ver durante todo el verano porteño.

 

Biografía

Mónica Millán nació en San Ignacio en 1960. Tras completar sus estudios de dibujo y pintura en el Profesorado Superior Antonio Ruíz de Montoya (Posadas) asistió al taller de Luis Felipe Noé, a quien considera su maestro. Recibió las becas de la Fundación Antorchas, del Fondo Nacional de las Artes, Fundación Rockefeller y Fundación Telefónica. En el 2000 obtuvo la beca Trama para participar de talleres de análisis y confrontación de obras. Fue seleccionada para participar de residencias en Canadá e Italia. A partir de 1997 coordinó curadurías, clínicas y seminarios de arte en el Nordeste argentino.

Desde 2002 viene trabajando en Paraguay con un pueblo de tejedores, asesorada por el ensayista crítico de arte Ticio Escobar, fundador y director del Museo de Arte Indígena del Centro de Artes Visuales de Asunción. Su trabajo de recuperación, identificación y recreación de tejidos tradicionales le permitió generar un vínculo muy fecundo entre creación artística, artesanía popular y lenguaje plástico.

Sus últimas instalaciones incluyen sistemas electroacústicos que reproducen sonidos capturados en pleno monte misionero más aquellos que experimenta con su propia voz.

Entre sus últimas exposiciones individuales se destacan:

El rio Bord(e)ado, Spanierman Modern Gallery, New York (2007)

Llueve. Es de siesta. Galeria Zavaleta Lab, Buenos Aires. (2006)

Situación de Estudio El Vértigo de lo Lento. Yataity, Fundación Rockefeller y Museo del Barro, Paraguay (2002) ; Galería Luisa Pedrouzo, Buenos Aires (2003) ; Bienal de Cuenca, Ecuador (2004).

Jardín de Resonancias.The Other Gallery, Banff Centre for the Arts, Canadá (2001); Mamba, Museo de Arte Moderno de Buenos Aires (2002); Museo de Arte Contemporáneo de la UNAM Posadas, Misiones (2003).

También participó de las siguientes muestras colectivas: Pampa, ciudad y suburbio, Espacio Imago, Fundación OSDE, Buenos Aires (2007), Pintura sin pintura (2005), Centro Cultural de España CCEBA, Buenos Aires; Estados de la Tierra (2004-2005) Centro Cultural de la Cooperación, Buenos Aires; Complejo Cultural Santa Cruz (Río Gallegos). Jardines (2004) Intituto Italo-latinoamericano Roma, Italia.

 

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