Cómo ocurrió el mayor desastre ecológico en 26 años en Brasil

Cerca de cuatro millones de litros de petróleo crudo se derramaron el domingo por la tarde de un oleoducto de la refinería de Petrobras en Araucaria (Repar), en el estado de Paraná, en Brasil. El derrame ocurrió en el río Barigui -afluente del río Iguazú- en la localidad de Araucaria en Curitiba, a unos 658 kilómetros de Argentina. Este fue el mayor derrame de petróleo de los últimos 26 años, desde que un barco derramó seis millones de litros en las aguas de la Bahía de Guanabara en Río de Janeiro en 1974 y hasta ahora, por lo menos diez mil personas corren riesgos. Coordinados por Defensa Civil brasileña, varios equipos de bomberos de la zona y técnicos especialistas de Petobras y enviados de Estados Unidos trabajan en el lugar para evitar que el derrame de petróleo de un ducto afecte otros ríos, pero todavía no se realizó un relevamiento de los daños causados en el medioambiente. El ministro de Medioambiente de Brasil, José Sarney Filho, dijo que el derrame es «el más lamentable accidente de la empresa estatal». El desastre ecológico ocurrió el domingo cerca de las 15 en la refinería Presidente Getulio Vargas, de Petrobras, en la pequeña localidad de Araucaria, en el área metropolitana de Curitiba, pero recién se conoció ayer a la tarde. Según informaciones de Defensa Civil, se prevé que serán necesarios por lo menos diez días para la contención completa del derrame y para que los trabajos de recuperación sean iniciados. El presidente de Petrobrás, Henri Philippe Reichstul, dijo que la compañía tomó toda la responsabilidad por el derrame de aproximadamente 4 millones de litros aceite crudo que agotaron en Repar (Refinaría Presidente Getúlio Vargas), causando el accidente medioambiental más grande que involucra Petrobrás en los últimos 26 años. Reichstul afirmó que la compañía gastará todos los recursos necesarios para recuperar el ambiente. «El accidente es bastante serio y de responsabilidad total de Petrobrás. Nosotros haremos todo lo que está dentro de nuestro alcance», afirmó. Según el presidente, una comisión compuesta de cinco personas tendrá hasta el jueves para señalar las causas del accidente. La mayor parte del aceite viajó un itinerario de 2.800 metros dentro del área de la refinería entre los 13:15 y los 15:15, llegando a los ríos Barigui e Iguaçu. El derrame supera aproximadamente tres veces el que ocurrió en la bahía de Guanabara en enero, cuando Petrobras también derramó 1,29 millones de litros. Por lo menos 400 hombres de la compañía trabajan para contener el aceite. Se instalaron cuatro barreras con boyas en cuatro puntos del Iguazú y se esperan instalar otras seis. El primero en el lugar de la rotura, y los otros en las localidades de Cachimba, Ponte Velha do Iguaçu, Guajuvira, Coronel Lúcio e Balsa Nova. El combustible que está en el Iguazú fue importado de Argentina y es más fino, lo que ocasiona mayor facilidad para traspasar las barreras construidas en el río. El ministro de Medioambiente brasileño, Sarney Filho afirmó que Petrobrás «no está preparada para enfrentar accidentes como este y se debe «agilizar» las providencias necesarias». El funcionario consideró que el derrame ocurrió por «negligencia» de Petrobrás: «Tengo la convicción de una empresa de este porte no tiene derecho de hacer dos accidentes de estas proporciones en seis meses», dijo el ministro. La empresa está actuando en el límite de su capacidad, pero así y todo no consigue contener el avance de la mancha de óleo. LA EMPRESA NO SABE QUÉ CAUSÓ EL DESASTRE El presidente de Petrobrás, Philippe Reichstul, dijo que la empresa todavía no puede afirmar qué causó la ruptura de los tubos del oleoducto que traía el petróleo de São Francisco do Sul para la refinería. El resultado de una auditoría en la empresa recién será divulgado el jueves. La empresa recibió una multa de unos 25 millones de dólares -$ 50 millones de reales-, el valor máximo para crímenes ambientales. El punto de ruptura del oleoducto ocurrió dentro del área de la refinería de Getulio Vargas, en un equipamiento llamado «junta de expansión», que une el oleoducto al tanque de refinamiento. El accidente fue detectado cerca de las 15 del domingo, pero las primeras previsiones se tomaron en la madrugada del lunes, cuando por lo menos por dos horas estuvo derramándose petróleo al río Barigüi, uno de los principales afluentes del Iguazú. Según los técnicos de la empresa, la demora en detectar el derrame fue causado por una falla en un equipo de Transpetro, empresa subsidiaria de Petrobrás, que administra la rede brasileña de oleoductos. Un equipo de Transpetro debería haber monitoreado el derrame, pero no fue posible porque el accidente ocurrió en una punta del oleoducto, lo que dificultó la detección de cambio de presión dentro de los tubos. En Repar, funcionarios que hacen este control cumplen turnos rotativos de dos horas – tiempo suficiente para alcanzar proporciones catastróficas-. «Bastaba que alguien cierre una válvula», se quejó el gobernador de Curitiba, Jaime Lerner.

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