Según explicó la mama de Gisella, Norma Beatriz Núñez, su hija salió de la casa familiar el viernes a la hora de la siesta para andar en bicicleta, como habitualmente hacía, pero no volvió.
Como era común que se ausentara a veces por un tiempo, Norma decidió esperar a que la joven regresara, pero como las horas pasaban y no había ningún rastro de ella, radicó el miércoles la denuncia de su desaparición en la comisaría de Monteros.
Cuatro horas después, la madre de la adolescente ingresó a la morgue del pueblo a reconocer el cadáver de us hija, que había sido encontrado por un grupo de trabajadores al costado de la ruta 324.
Aunque todavía faltan determinar los resultados finales de la autopsia, el primer informe de los forenses confirmó que el cuerpo posee hematomas y que además, tendría el cuello fracturado. De todos modos, aún resta determinar cuándo se produjo la muerte y si Gisella fue o no víctima de un abuso sexual.
Tenía problemas con las drogas
En la mañana del jueves, en el velorio de su hija, Norma sostuvo que la joven era adicta a las drogas y que cree que la mataron las personas que le vendían.
«Yo la cuidaba y se escapaba, ellos la usaban para vender y comprar, siempre pedí que la internen para que pueda curarse, lo hicieron dos veces, ella se escapaba, hasta que me dijeron que no podían hacer más nada», contó entre lágrimas.
«Mi hija era adicta a las drogas y se juntaba con esas personas que la venden. Ellos se quejaban que yo la hacía buscar con la policía y me pedía que no haga más eso. Yo le decía que la iba a seguir buscando porque no quería que siga en la calle», dijo por último.